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jueves, 11 de mayo de 2017

LO QUE EL MEDICAL UNIO QUE NO LO SEPARE EL BDSM










Dedicado a mí querido D… con todo mi  amor para ti.

Todo empezó hace un tiempo, en una página de medical donde conectada a través del chat, charlaba con mucha gente y en una de esas ocasiones se conectó alguien con el nombre de Lino, cuyo nombre me causo curiosidad, empezamos a hablar, y me pareció un hombre gentil, educado, y paciente, no demostraba o insinuaba que tuviéramos una sesión de medical como lo hacía la mayoría que se conectaban al chat, de hecho me decía que sí, que eventualmente una inyección y toma de temperatura, pero que eso no significaba nada y hasta ahí llegarían las cosas.

Seguimos hablando durante meses, me dijo que tenía su propio consultorio ya que era terapeuta y que si un día se me ofrecía algo que se lo dijera con confianza, que él me haría un descuento jajaja, lo cual agradecí y le dije veríamos que sucedería.

Fue después de un tiempo que ya después de conocernos de manera personal y de haber intercambiado un par de cafés, fui al médico por un dolor de espalda y al mismo tiempo dolor de cabeza que estaba haciendo de mis días algo muy molesto. Me receto 6 inyecciones de complejo B y unos masajes de cuerpo entero para deshacer los nudos que tenía debido a la mala postura y estrés de mi trabajo. Además para colmo de males, agarre un resfrió debido al cambio de clima.

Le envié un correo electrónico a Lino, y le pregunte si me podía dar turno, para los masajes que el médico me había sugerido, y de paso si me podía poner la primera inyección de vitaminas, después de unas horas me respondió que sí que no había problema me dio turno para el siguiente lunes en la tarde tipo 4 p.m.

Seguimos hablando durante la semana, de muchas cosas, conociéndonos, por aquella época yo mencionaba muy sutilmente el tema de los chirlitos, ante lo cual él se reía y me decía que yo era muy graciosa y creativa.

Llego el lunes, y por la mañana empecé a pensar cual sería mi atuendo y sobre todo la ropa interior, la bombacha y el corpiño, era evidente que me tenía que quedar en ropa interior por los masajes y me dio vergüenza por aquellos gorditos odiosos que salen, y después pensé en la inyección y que me vería la cola, lo cual me dio un poco de ansiedad, por acomplejada, y en un segundo cruzo la idea de cancelar la cita, pero deseche la idea, pensando que era profesional de la salud y ya estaba acostumbrado.

Así que decidí vestir una bombacha blanca cachetera, que cubría todo mi trasero, con el corpiño a juego, me perfume, me puse un jean y una camisa suelta, en mi bolso de mano guarde una jeringa las dos botellitas de complejo B, una la vitamina en polvos y la otra la lidocaína cosa que me puso un poco nerviosa, no sabía que tanto dolían ya que era la primera vez que me la aplicarían y ya lista fui a trabajar.


Cuando era la hora para salir llame un taxi, le di la dirección y llegamos al consultorio de Lino, timbre y salió a recibirme con una sonrisa y un beso en la mejilla con un alegre Hola Mary, te estaba esperando por favor sigue.

El consultorio era muy agradable inmaculadamente blanco con pocos adornos y accesorios que le daban un poco de color, era pequeño, en la esquina había un biombo. Al lado un pequeño escritorio de madera donde se encontraba un pequeño laptop, en la otra esquina un pequeño armario blanco con puertas de vidrio y algunos cajones y en la mitad del consultorio una camilla de esas que tienen un hueco para meter la cabeza.

Me hizo sentar y empezó a preguntarme por los masajes y le conté lo que me pasaba, el me prestaba atención mirándome a los ojos, y después me dijo y ¿la inyección? ¿La trajiste?  Si conteste yo y se la entregue, mis manos temblaron un poco y dijo con una sonrisa estas duelen un poquito eh, pero todo aguantable.

Me dijo te parece si primero te pongo la inyección y después te hago los masajes, con eso salimos de eso y ya te doy los masajes así que al mal tiempo darle prisa, le dije que bueno un poco sonrojada, intuía que tenía muchas ganas de inyectarme y verme la cola.

Estaba por acostarme en la camilla cuando dijo espera, permiso me dijo y su mano se posó en mi frente, me dijo estas algo calientita, ¿tendrás fiebre? Le dije no creo, solo estoy un poco resfriada, además mi temperatura algo elevada era la situación que me producía cosquilleos en todo el cuerpo.

Bueno pues te tomo la temperatura y ya está, si tienes fiebre no creo que sea conveniente ponerte la inyección. Solo pude responder con un okay. Lino se dio la vuelta y fue a una de las gavetas de donde después de buscar saco un termómetro un poco más largo de los que yo conocía además de un poquitín más grueso, y me dijo bueno Mary, acóstate en la camilla y bájate el pantalón te voy a tomar la temperatura de la manera más fiable que hay con diversión en su voz. Mi sorpresa fue mayúscula, me quede sin palabras, le dije, pero, pero… no me la puedes tomar de la manera más normal axilar, nosotros no hablamos de esto. Mary nosotros hablamos en el chat y vos me dijiste que te gustaba, porque no aprovechamos la oportunidad igual no va a pasar nada, además es verdad si tienes fiebre no te debo pinchar. Así que SI o NO te dejas tomar la temperatura, me lo dijo con cierto tono, algo autoritario que me gusto y dentro de mi pensé tiene potencial para otras cosas.

Con resignación y me acosté en la camilla, me baje los jeans hasta el muslo y enterré mi cabeza entre mis brazos, estaba algo nerviosa, pero al mismo tiempo me empezaba a excitar

Pacientemente agarro el elástico de la bombacha y despacito lo fue bajando hasta que quedaron a la altura del muslo, por un momento lo voltee a mirar y estaba embadurnado el termómetro con vaselina y pensé viene el momento 0, así que separo las nalgas e introdujo el termómetro. Solo me estremecí al sentir ese termómetro frio, la piel la tenía caliente. Me dijo que lo dejaría 5 minutos que mientras iba a leer el prospecto de la vitamina. Para mí lo que fue eterno, me dijo no tienes fiebre, mira que bien, puedes ponerte la vitamina con cierto tono de alegría en su voz.

¿Mary te puedo pedir algo? Me pregunto, le respondí sí, me dijo tomamos una foto con la jeringa en tu nalguita… a lo cual con asombro le dije ¿Cómo? Si solo eso, no va a salir nada solo tu cola, y si quieres la tomamos con tu celular, y si quieres me la compartes, es como recuerdo. Lo pensé y accedí, sería bueno tener una foto de mi cola siendo inyectada.




Le dije que sí, y sus ojitos brillaron, empezó a preparar la ampolla, yo lo miraba hipnotizaba como rompía la primera ampolla que tenía la lidocaína, y aspiraba con la jeringa, después tomaba la siguiente ampolla con los polvitos rosados, pinchaba la goma e inoculaba la lidocaína y luego entre su dedo índice y pulgar agitaba con fuerza el frasquito hasta que los polvitos se disolvieron y se volvió un líquido rojo muy oscuro, volvió a pinchar la goma y empezó a aspirar la jeringa, hasta que 3 cms llenaron la jeringa, lentamente miraba con atención que no existiera burbujas, daba golpecitos a la jeringa hasta que se aseguró que no quedaban burbujas y luego tomo un algodón lo empapo de alcohol lo paso sobre mi glúteo derecho, me sorprendió porque tenía la piel caliente y el alcohol estaba frio, con un par de movimientos desinfecto la zona, y con sus manos empezó abanicar la zona, para que el alcohol se evaporara finalmente me dio un par de palmaditas y de un solo golpe atravesó la aguja, la cual fue mínimo lo que sentí, me pidio el celular que ya estaba preparado para tomar fotos y tomo la foto, luego empezó a inyectar la vitamina, me empezó a doler y mucho, trataba de contener al máximo los quejidos y al ser la primera vez que me pinchaba me da verguenza parecer muy quejosa. Como pude me contuve aunque el me alcanzo a escucharme, y cuando termino retiro la jeringa y me dio un par de masajitos para esparcir el medicamento, lo cual me dolía y solo le pude decir por favor no me apretes mas, a lo cual contesto, lo siento Mary tengo que esparcirlo.

Termino subió mi ropa interior, y me dejo un ratito acostada bocabajo mientras hacía efecto la lidocaína, y me preguntaba por las otras recomendaciones del médico, a lo cual le dijo que me  había recetado 6 inyecciones y un par de masajes más, con lo cual muy gentilmente se ofreció a dármelos.

Cuando me paso el efecto, me dijo que pasara al biombo y me desvistiera, que solo quedara en ropa interior, en el fondo me alegre de haber escogido una lencería bonita para estos masajes, cuando Sali detrás del biombo algo apenado, me señalo la camilla y pidió que caminara, en un momento sentí sus ojos en mi trasero, luego que me agachara y tocara los tobillos, que levantara los brazos, todo muy profesional que me sentara, empezó a revisarme, me tomo la presión, escucho mi corazón. Y empezó a mirar y tocar los brazos, los codos, las piernas, me las flexionaba, y después empezó con los masajes en la zona lumbar donde me dolía bastante desde la cervical hasta donde la Columna pierde su bello nombre.


Después de media hora el masaje término me vestí y agendamos el siguiente turno que incluiría lo mismo, ante lo cual nos reímos, pero cuando me despedí, lo mire a los ojos y el miro a los míos y ambos supimos que la conexión se había dado, solo era cuestión de tiempo para que evolucionara en algo más.

FIN.

2 comentarios:

  1. hola mary querida gracias por haberme escrito este hermoso relato y que gracias al medical yo descubri una persona maravillosa y encantadora como eres tu,esta muy bonito el relato y no me canso de leerlo.
    nuevamente gracias mi amor

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  2. Soy Adrián, Muy buena tu experiencia, sobre todo la parte de la toma de temperatura. Excelente

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