Encuentra lo que quieres aqui

martes, 5 de noviembre de 2013

UNA NOCHE EN LA OFICINA (RELATO)

Un relato de spanking :) espero que les guste, sus comentarios son bienvenidos.

Desde que entre a trabajar a la compañía siempre se hablaba de un tal Rubén un español que era el terror en la región ya que era demasiado quisquilloso, exigente y todos los tenian temor por su conocido temperamento explosivo, el ya se había retirado de la compañía cuando empecé a escucha de él y tenía mucha inquietud por conocerlo.

El tiempo paso, y por cuestiones del destino lo conocí, años después, me lo imaginaba tan diferente, nada guapo, viejo y malhumorado, pero una gran sorpresa me lleve al ver un hombre maduro, alto, y con cierto atractivo físico, lo que me llamo la atención fueron sus manos grandes y pesadas, además de una personalidad dominante, autoritaria, y yo como buena spankee empecé a fantasear  y cada vez que hablábamos yo intencionalmente le llevaba la contraria.

Mi lado provocador y rebelde se hacía presente cada vez que hablaba con él, además como es extranjero su acento me cautivaba, y siempre, siempre atenta de sus manos, me imaginaba sobre sus rodillas y sentir esas manos fuertes y grandes sobre mi trasero.

Dice un proverbio chino que se debe tener cuidado con lo que se desea, porque se puede hacer realidad, y así fue, la compañía decidió llamarlo un año después para hacerle una consulta, como ya nos teníamos confianza, en secreto anhelaba su regreso, iria mas lejos esta vez, hasta donde sería capaz de llegar, ya que me habían dicho que cada vez que yo pasaba en frente de el, se quedaba mirándome el culo, y mi mente hiperactiva hizo muchas conexiones y por ende concluí que yo no le era indiferente, y que en el fondo por su manera de ser era un spanker todavía en el closet.

Una de las primeras señales fue que nos invito a comer a mi jefe y a mí, en un restaurante muy conocido, y me hizo referencia a un plato que yo no había probado, y el cual no tenía intenciones de probar, a lo cual cuando trajeron el pedido me dijo “pruébalo, hazme caso y obedece” me dejo muda e instantáneamente obedecí, entre risas para no alertar a mi jefe.

La segunda ocasión me invito a tomar una cerveza y después de solicitarnos el pedido, me pregunto cual quería, yo al escuchar las opciones entre roja y rubia después de que el pidió la suya, una roja pedí una rubia, ante lo cual dijo, a ti te gusta llevarme la contraria en todo.
Esas situaciones me dejaron con un no sé que, en un no sé donde pero me convencí que era un Spanker, quería y deseaba probar esas manos que tanto me hipnotizaban y me fije el objetivo de provocarlo hasta las últimas consecuencias.

Una noche nos quedamos solos en la oficina él y yo bastante tarde mirando unos temas, estábamos en  mi oficina aunque tiene puerta, es de vidrio lo cual no da mucha privacidad, y es como no tenerla pero bueno.
Empezamos a discutir sobre un tema en particular, se acaloro la discusión fui lo bastante insolente y altanera para provocarlo, ya que quería que saliera de su closet, entre mas se enojaba y se ponía autoritario, mas me gustaba, mas deseaba recibir unos azotes de sus manos, la idea me estaba excitando, me volvía loca de pensar en que tendría que desnudar mis nalgas, y el contacto piel a piel y seguí refunfuñando siempre tratando de no tocar la línea del irrespeto u ofensa simplemente el detonante perfecto para hacerlo reaccionar, hasta  que el detecto uno de mis errores que aunque era fácil de corregir, y que por mi trabajo no debían ni podían pasar dentro de mi pensé he aquí mi oportunidad.

Empezó a regañarme a decirme que era el colmo que se me pasaran estas cosas, que iba a pensar Luis y Hugo sobre mi trabajo realizado, que con qué autoridad moral podía exigirle a mis asistentes algo que yo no hacía y un sinfín de cosas hasta que me dijo, no tengo de otra, tengo que decirle a Luis y Hugo de este error y encima caprichosa, testaruda y berrinchuda, como una niña malcriada (chan, lo que estaba esperando) ante lo cual le dije, con mi mejor cara de arrepentimiento mira Rubén, yo se que tienes razón por favor, no me hagas esto, yo hago lo que tú me digas, sé que es una falta y estoy dispuesta a enmendar mi error, pero no pongas en tela de juicio mi trabajo, por un simple error.

Me miro entre sorprendido y con cierta arrogancia que percibí, que iba a recibir lo que tanto había querido, me dijo no se qué quieres decir con esto de que haces lo que yo te diga porque era una frase muy ambigua, que se podía prestar para malas interpretaciones y después acusaciones.

Le dije Rubén, se cuando me equivoco y si pudiera remediarlo de algún modo y no te estoy hablando de ofrecerte sexo porque no me interesa, pero si quieres castígame, su rostro era de póquer, una sonrisa maliciosa se asomo en sus labios, e inmediatamente para disimular le dije, se me ocurre por ejemplo que me pongas de tarea escribir 1000 veces no debo hacer esto y esto, no sé lo que tú me digas yo lo hago, valoro mucho mi trabajo para que por una tontería sea puesto en entredicho.

Después de interminables segundos, me dijo ya sé, no te pongo tareas, te portaste como una nena, te castigare como a una nena, como era la usanza antigua, y serán unos azotes en la cola, bien dados para que aprendas: 1. A no ser insolente, altanera, caprichosa etc. etc. etc. 2. Para que cada vez que hagas este ejercicio tu cola se acuerde que lo debe hacer bien.

Con mi mejor cara de asombro, digna de un premio de la academia, le dije pero azotes? En las nalgas? Tu crees que yo voy hacer esto?. Estoy lo suficientemente grandecita para esto, yo soy una ejecutiva, no una nena.

Solo te voy a decir o lo tomas o lo dejas y te atienes a las consecuencias, créeme unos buenos azotes te sentaran muy bien, no volverás a cometer errores y siempre que te dirijas a mi será con respeto. Tienes 1 minuto para pensarlo.

No tenía nada que pensar, ya que lo venia buscando, pero hice una simulación de meditación y le dije bueno, está bien, solo si esto queda en el olvido y que esto es un tema entre los dos.

Al mal paso darle prisa, estamos en tu oficina son las 10 de la noche y no hay nadie, así que ven acá y empecemos pronto para terminar pronto, retiro una silla del escritorio y se acomodo.
Estaba vestida con unas calzas negras, y botas negras altas con lo cual me dijo quitate las botas y sobre mis rodillas hora, ordeno, el tono en que me lo dijo, su acento tan particular me empezaron a subir la adrenalina, mire hacia todos los lados asegurando que nadie nos viera y me acoste sobre sus rodillas.

Por encima de la ropa empezó a masajear, levanto la mano derecha y pensé dentro de mi aquí viene, y plaf el primer azote, me hizo brincar lo hizo con fuerza pero no demasiada, quedate quieta inquirió, estamos comenzando y una serie de azotes  le siguieron sobre mi ropa, realmente me empezaba a escocer el trasero, y los azotes dolían, le dije ya no más, entendí, solo respondió shhh quédate calladita, y sujeto mis manos encima de mi espalda y continuaron los azotes.

Después de 10 minutos, soltó mis manos y empezó a bajar la calza, mostrando mi bombacha algo infantil, y le dije no, y me intente subir la ropa, me dijo quédate quieta, si no quieres no te castigo pero ya sabes que hare, asume tu responsabilidad, si me dices stop, parare de inmediato, el castigo se acaba y yo escribiré un correo electrónico contando tu pequeño secreto.
Disfrutaba estar así, la sensación de disciplina de castigo, los azotes eran un plus, pero no era lo que me encendía, era la situación de estar en sus rodillas, la sensación de ser descubierta, una infinidad de cosas que mi mente volaba fuera del planeta tierra.
Solo respondí ok, merezco el castigo, luego bajo las calzas y sobre la bombacha continuaron los azotes, de vez en cuando paraba para masajear la zona y me decía lo incorregible que era, lo mal que me había portado, azotaba y acariciaba, los azotes caían cada vez con un poco mas de fuerza y mi piel blanca se tornaba cada vez mas rosada, y más roja.

Después de 12 minutos paro, me dijo que me pusiera de pie, y me apoyara contra la mesa de mi escritorio dejando la cola en pompa, se hizo detrás de mío y bajo la bombacha, dejando mi cola al aire, expuesta y bastante sonrosada, me dijo ahora sí, veras como nunca más se te vuelve a olvidar, y comenzaron los azotes su mano sobre mi piel, y la piel rosada se volvía cada vez mas roja, después dijo me duele la mano, ahora buscare ayuda y tomo una regla de plástico y empezaron los azotes, gemía y brincaba de dolor, tenía la orden de no retirar las manos de la mesa, incontables azotes que terminaron por enrojecer por completo las nalgas.

Me dijo ahora te paras en el rincón 5 minutos, en silencio y sin moverte, hice lo que me pedia y mientras estaba allí sintiendo su mirada fija en mi derrier me decía es el colmo que una ejecutiva de tu clase tenga el culo rojo como un tomate maduro, por terca y maleducada.
Estaba muy excitada y por lo visto el también, mil sensaciones pasaban por mi cuerpo, mi piel era sensible a cualquier tacto al fin me dijo te puedes vestir. Que no se te olvide o la próxima vez que venga será más largo el castigo y utilizare otras herramientas.

Me vestí, apague la luz cerré la oficina, nos despedimos con un beso a la mejilla y en el oído me dijo hasta mañana nena caprichosa, fue un gusto azotarte… a lo cual le respondi el gusto fue mio, gracias, lo necesitaba.

Me miro sorprendido, después me hizo un guiño y cada cual para su casa.


Colorín colorado este relato se ha terminado.

NOTA: Este relato es imaginario, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.