Este es el penultimo capitulo, el final viene pronto.
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CAPITULO 7
Al quedarme
sola con Leonardo me sentía desprotegida, tan distante, en ese momento estaba
odiando a Andres por dejarme en manos de un desconocido y sobre todo que estaba
“autorizado” para castigarme si era necesario. Eso me puso triste, pero a la
vez algo enojada, no obstante decidí por mi propio bienestar, portarme bien y
no propiciar un castigo.
Después de
esa inyección tan dolorosa me quede dormida, sentí frio y me encontré totalmente
desnuda en la cama atada de pies y manos, bocabajo con un par de almohadones
bajo mi vientre, de esta manera mi cola estaba totalmente empinada.
El
enfermero se acercaba a mi con la inyección ya preparada, y decía no hay nadie
que nos escuche, podes gritar todo lo que quieras, me entere que te gusta que
te peguen en la cola, que te sometan verdad… ¿? Mira esta inyección, es solo
agua bidestilada.. supongo que las conoces verdad? Duelen mucho pero lo vas a gozar…
y empezó a proferir palabras obscenas que parecía que me insultara, me sentía paralizada,
quería gritar y no podía, la voz no la encontraba… lentamente se acerco y
acariciaba mis nalgas de un modo indebido… sus dedos buscaban encontrar un rincón
donde alojarse, me empecé a mover y entre sollozos solo suplicaba que no, que no
lo hiciera… me movía como podía, saco su cinto y zaas, zaas sobre mi piel la
cual marco dejando el rastro del cinturón. Obedece y quédate callada, es mejor
para vos… comenzamos pronto y terminamos pronto.
Qué bien la
vamos a pasar los dos juntos, ya que tu noviecito no está, y yo ya despache a
la mucama estos 2 días, diciéndole que no la necesitábamos y que vos la podías
contagiar.
Entre en
estado de pánico, no sabía que pasaba, solo podía pensar porque Andres me hacia
esto, cuando interrumpió mis pensamientos diciendo voy a dejarte ese culo como coladero, se
acerco y empezó a desinfectar la zona y yo solo suplicaba porque no lo hiciera
hasta que dijo me canse de escucharte, vas a recibir tu merecido castigo, en
seguida puso en mi boca, mi ropa interior y con una regla de madera, empezó a
azotarme, repartiendo cada reglazo en todos mis glúteos, esa piel pronto se volvió
de un rojo peligroso, ese improvisada mordaza no me permitia gritar, lloraba y mis lagrimas
humedecían mi almohada… ahora si. Dijo en tono entre burlon y serio, ahora tenes
el musculo suficientemente relajado.
Cuando pincho
la zona, solo un grito ahogado, lo hizo de manera intencional para que yo
sintiera el pinchazo y procedió a inocular sentía como quemaba esa inyección…
como pude logre escupir la ropa interior que tenia en mi boca y grite NOOOOO por favor....
En ese
instante sentí que me movían y me decían despierte por favor, había sido una
maldita pesadilla, no lograba despertarme del todo, me dolía mucho la cola y
solo lloraba sin que una palabra legible saliera de mi boca.
Una voz
femenina me termino de despertar, era Lorena.. Srta. Curiosa.. Está bien? Abrí
los ojos y pude contener el llanto, le dije todavía estas aquí Lorena? Si claro
Señorita me contexto, el Sr. Andrade me pidió
que me quedara con usted y el Sr. Leonardo para ver si se ofrecía algo…
Mire a
Leonardo entre asustada y enojada y me
dijo tuvo una pesadilla, trate de despertarla pero estaba en un profundo sueño,
es producto de la fiebre tan alta, en ese momento toco mi frente y dijo esta
hirviendo. Tendré que tomarle la temperatura, para ponerle un supositorio.
Tomo el termómetro
y me dijo que me diera la vuelta que la tomaría de manera rectal. Le dije
prefiero que la tome en la axila, a lo cual contesto, es mejor la rectal porque
es más fiable, no quisiera por favor, si tengo fiebre la axilar lo mostrara. Pensé
que me retaría o incluso que me azotaría, pero me dijo está bien, si asi se
siente más segura y cómoda conmigo lo hare, no voy hacer algo que usted no quiera.
Me tomo la temperatura
y comprobó la fiebre, me dijo que era mejor poner el supositorio a lo cual movi
la cabeza indicando que no quería, y me dijo mire señorita curiosa, o es el
supositorio o es una inyección, una fiebre tan alta es muy peligrosa. Le
sugiero el supositorio por que los glúteos los tiene muy resentidos.
Cuando
comento eso, pensé que tenía razón y accedí, me dijo que me pusiera de costado, ya que asi
era un poco más íntimo y no tan invasivo y delicadamente solo puso el
supositorio acompañado de su dedo.
Se sentó en
la cama me miro a los ojos y me dijo, mire se que el Sr. Andrade la castigo y
que no usara ropa interior, y se pusiera este camisón tan corto que no le tapa
nada, pero me imagino que Usted no esta cómoda, y en parte a eso se debió a la
pesadilla que tuvo, además de la fiebre. Por favor póngase la pijama completa y
abríguese, le pedi a Lorena que le prepare un te.
La
verdad me sorprendió su condescendencia
conmigo y hasta me empezó a caer bien, me vesti, con mi pijama completa y ropa
interior, y en ese momento me mire al espejo, vi mis nalgas rojas y conté los
pinchazos; había uno de mas.
Asi siguieron
las siguientes inyecciones, cada 6 horas, pero curiosamente cada vez que dormía
tenia casi que la misma pesadilla, cosa que me hizo dudar pero tal vez era coincidencias
en mi estado febril y curiosamente siempre tenía la cola roja y un pinchazo demás…
No le di más
importancia y empecé a rogar que Andres regresara pronto y me prometí ser
obediente con él para que no me dejara sola con el enfermero… solo por si
acaso.
Continuara….
Para el final del relato haga click aqui: http://chicadesobediente.blogspot.com/2014/12/cronica-de-una-inyeccion-anunciada-fin.html
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