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jueves, 18 de diciembre de 2014

CRONICA DE UNA INYECCION ANUNCIADA ...7 (RELATO)


Este es el penultimo capitulo, el final viene pronto. 


CAPITULO 7



Al quedarme sola con Leonardo me sentía desprotegida, tan distante, en ese momento estaba odiando a Andres por dejarme en manos de un desconocido y sobre todo que estaba “autorizado” para castigarme si era necesario. Eso me puso triste, pero a la vez algo enojada, no obstante decidí por mi propio bienestar, portarme bien y no propiciar un castigo.

Después de esa inyección tan dolorosa me quede dormida, sentí frio y me encontré totalmente desnuda en la cama atada de pies y manos, bocabajo con un par de almohadones bajo mi vientre, de esta manera mi cola estaba totalmente empinada.

El enfermero se acercaba a mi con la inyección ya preparada, y decía no hay nadie que nos escuche, podes gritar todo lo que quieras, me entere que te gusta que te peguen en la cola, que te sometan verdad… ¿? Mira esta inyección, es solo agua bidestilada.. supongo que las conoces verdad? Duelen mucho pero lo vas a gozar… y empezó a proferir palabras obscenas que parecía que me insultara, me sentía paralizada, quería gritar y no podía, la voz no la encontraba… lentamente se acerco y acariciaba mis nalgas de un modo indebido… sus dedos buscaban encontrar un rincón donde alojarse, me empecé a mover y entre sollozos solo suplicaba que no, que no lo hiciera… me movía como podía, saco su cinto y zaas, zaas sobre mi piel la cual marco dejando el rastro del cinturón. Obedece y quédate callada, es mejor para vos… comenzamos pronto y terminamos pronto.

Qué bien la vamos a pasar los dos juntos, ya que tu noviecito no está, y yo ya despache a la mucama estos 2 días, diciéndole que no la necesitábamos y que vos la podías contagiar.


Entre en estado de pánico, no sabía que pasaba, solo podía pensar porque Andres me hacia esto, cuando interrumpió mis pensamientos diciendo  voy a dejarte ese culo como coladero, se acerco y empezó a desinfectar la zona y yo solo suplicaba porque no lo hiciera hasta que dijo me canse de escucharte, vas a recibir tu merecido castigo, en seguida puso en mi boca, mi ropa interior y con una regla de madera, empezó a azotarme, repartiendo cada reglazo en todos mis glúteos, esa piel pronto se volvió de un rojo peligroso, ese improvisada mordaza no me permitia gritar, lloraba y mis lagrimas humedecían mi almohada… ahora si. Dijo en tono entre burlon y serio, ahora tenes el musculo suficientemente relajado.

Cuando pincho la zona, solo un grito ahogado, lo hizo de manera intencional para que yo sintiera el pinchazo y procedió a inocular sentía como quemaba esa inyección… como pude logre escupir la ropa interior que tenia en mi boca y grite NOOOOO por favor....

En ese instante sentí que me movían y me decían despierte por favor, había sido una maldita pesadilla, no lograba despertarme del todo, me dolía mucho la cola y solo lloraba sin que una palabra legible saliera de mi boca.

Una voz femenina me termino de despertar, era Lorena.. Srta. Curiosa.. Está bien? Abrí los ojos y pude contener el llanto, le dije todavía estas aquí Lorena? Si claro Señorita  me contexto, el Sr. Andrade me pidió que me quedara con usted y el Sr. Leonardo para ver si se ofrecía algo…

Mire a Leonardo entre asustada y enojada  y me dijo tuvo una pesadilla, trate de despertarla pero estaba en un profundo sueño, es producto de la fiebre tan alta, en ese momento toco mi frente y dijo esta hirviendo. Tendré que tomarle la temperatura, para ponerle un supositorio.

Tomo el termómetro y me dijo que me diera la vuelta que la tomaría de manera rectal. Le dije prefiero que la tome en la axila, a lo cual contesto, es mejor la rectal porque es más fiable, no quisiera por favor, si tengo fiebre la axilar lo mostrara. Pensé que me retaría o incluso que me azotaría, pero me dijo está bien, si asi se siente más segura y cómoda conmigo lo hare,  no voy hacer algo que usted no quiera.

Me tomo la temperatura y comprobó la fiebre, me dijo que era mejor poner el supositorio a lo cual movi la cabeza indicando que no quería, y me dijo mire señorita curiosa, o es el supositorio o es una inyección, una fiebre tan alta es muy peligrosa. Le sugiero el supositorio por que los glúteos los tiene muy resentidos.

Cuando comento eso, pensé que tenía razón y accedí,  me dijo que me pusiera de costado, ya que asi era un poco más íntimo y no tan invasivo y delicadamente solo puso el supositorio acompañado de su dedo.

Se sentó en la cama me miro a los ojos y me dijo, mire se que el Sr. Andrade la castigo y que no usara ropa interior, y se pusiera este camisón tan corto que no le tapa nada, pero me imagino que Usted no esta cómoda, y en parte a eso se debió a la pesadilla que tuvo, además de la fiebre. Por favor póngase la pijama completa y abríguese, le pedi a Lorena que le prepare un te.

La verdad  me sorprendió su condescendencia conmigo y hasta me empezó a caer bien, me vesti, con mi pijama completa y ropa interior, y en ese momento me mire al espejo, vi mis nalgas rojas y conté los pinchazos; había uno de mas.

Asi siguieron las siguientes inyecciones, cada 6 horas, pero curiosamente cada vez que dormía tenia casi que la misma pesadilla, cosa que me hizo dudar pero tal vez era coincidencias en mi estado febril y curiosamente siempre tenía la cola roja y un pinchazo demás…

No le di más importancia y empecé a rogar que Andres regresara pronto y me prometí ser obediente con él para que no me dejara sola con el enfermero… solo por si acaso.











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