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lunes, 1 de mayo de 2017

EL DIARIO DIA 7... (RELATO)




¿Quieres saber como empezo todo? Haz click aqui: http://chicadesobediente.blogspot.com/2015/02/el-diario-dia-1-relato.html








Otro día paso, y cada día está más intenso que el anterior, anoche tuve que dormir bocabajo, el dolor de la inyección casi no me deja dormir, afortunadamente los paños de agua tibia, y un par de ibuprofenos hicieron efecto, cuando desperté ya no me dolía tanto mi pobre trasero, el dolor del musculo va cediendo.

Al levantarme lo primero que hice fue mirar mi cola en el espejo, veía los puntos de mis inyecciones y mirándome en el espejo, mi mente volvió a repasar, y solo pensaba que a pesar que me había dolido, que había llorado, también me había sentido avergonzada que me hubieran inyectado como a una nena, de alguna manera me gusto, y no me disgustaba la autoridad que tenía Diego conmigo, como lograba imponerse, y esas palmadas, aunque no fueron fuertes, tampoco suaves,  al sentirlas, solo fueron una experiencia nueva que sensibilizo mis sentidos, tal vez al final al no poder procesar lo que sentía y me gustaba, simplemente estar a merced de quien me pinchaba y quien se aseguraba que me dejaran pinchar, además de tener que mostrar mi trasero a desconocidos, Diego era la primera vez que lo miraba, pero sé que él no me miraba propiamente el derrier, él estaba midiendo mis reacciones, que tan resignada y obediente era, como estaba procesando todo esto. Tengo que admitir que si me sirvió de apoyo por sus palabras, me acariciaba la espalda y el cabello y que estar allí me hizo sentir bien, y despertó sensaciones que no conocía.

Estaba inmersa en todas estas reflexiones cuando escuche timbrar mi teléfono, el identificador de llamadas mostraba que era Diego, conteste algo indiferente igual estaba un poco enfadada con el pero ya se lo diría personalmente. Al hablar me pidió que si nos podíamos ver en esa cafetería donde nos habíamos conocido por primera vez, que quería hablar conmigo. Le dije que bueno, que nos veíamos a las 5 y media de la tarde, mis vacaciones estaban por terminar y quería hacer algunas cosas antes de volver a trabajar. Nos pusimos de acuerdo y yo seguía con mis diligencias, la verdad, aunque ya había pasado el dolor, cuando algo me tocaba fuerte, me dolía, no era algo intenso, pero si dolía.

La hora llego y al encontrarme con Diego a la hora indicada, me invito a tomar un café y a charlar, empezamos por conversar acerca de lo que había pasado en la farmacia y le dije toda mi reflexión de la tarde, pero que además estaba enojada porque me había tomado por sorpresa, al bajarme pantalón y ropa interior sin que lo hubiéramos hablado, cuando lo que habíamos acordado era solo mirar y que me tuviera la manito, me dijo que si, que yo tenía razón y que no volvería a suceder, pero que la oportunidad que se presento era única, y que al final yo también había accedido con cierto gusto, lo cual no era mentira.

Durante esta conversación además me pregunto cómo me había sentido yo cuando me dio las nalgadas una para relajar el musculo y la otra cuando suavemente me dio una palmada a manera de castigo por haber sido grosera, le conteste que me había gustado, que no sabía porque, pero que eso y estar en sus rodillas me habían provocado sensaciones muy fuertes, solo asentía con la cabeza, y  recordó cuando hablamos de lo que había sentido y pasado en este tratamiento médico, en el cual él estuvo desde el día 1 o 0 antes de empezar.

Además aseguro que él sabía que yo tenía cierta disposición y actitud sumisa, que era obediente por naturaleza, pero que era muy rebelde, necia, testaruda, además de gustarme el tema medical un poco y que esa combinación lo tenía hipnotizado porque él era Dominante, que le gustaba el spanking y que había un rol que le gustaba mucho y era con el cual se identificaba, pero que por ahora no me decía, que no me quería asustar, y al decir esto solo se rio, asegurando que más adelante me lo diría, que el quería que habláramos mucho y nos conociéramos, que le enviara lo que había escrito en el diario hasta el día de hoy, y me dijo que buscara en internet e investigara acerca de lo que es ser spankee, sumisa, Little girl, y todo lo relacionado al bdsm, y que en una próxima charla habláramos y le preguntara. Me proporciono un par de links para yo entrar a leer y sugiero que además me hiciera algún tipo de perfil en un sitio bdsm del cual el hacía parte para que pudiera investigar un poco más, que resulto siendo un sitio argentino.

Al terminarse nuestra reunión me dijo, sabes Mary, quiero ser muy claro y honesto contigo, y tal vez me esté apresurando un poco porque no sé si después de lo que te mande investigar y hacerte el perfil quieras volver a saber de mí, aun así, quiero que sepas que no estoy interesado en ningún tipo de relación sentimental, amistad y una buena amistad nada más, de lo que pase más adelante si se dan las cosas, te lo digo porque cuando te metes en este mundo hay personas que no pueden dejar el corazón de lado y sufren, yo no quiero que te pase eso, me pareces una muy buena persona, que a pesar de los años es una nena, de sentimientos transparentes, no quiero ni ilusionarte, ni nada.

Así que lo que vamos hacer es que vas a investigar durante una semana, yo te voy a dejar tranquila, para que tengas claridad e imparcialidad en lo que quieres hacer, después me dio un abrazo sincero y cálido y al oído me dijo me encantaría darte un par de besos y unos azotitos en esas lindas nalgas pinchadas. En ese momento sentí como el calor subía a mis mejillas, un corrientazo recorrió mi cuerpo y solo le dije, tal vez con el tiempo lo puedas hacer.

Después pregunto si quería hacer algo intrépido y espontaneo, a lo que le respondí depende… solo sonrió y dijo no seas cobarde, dime si o no. Me reí y le conteste, yo no me comprometo a ciegas, entonces solo se rio y dijo mira quisiera darte un par de palmaditas, tienes un trasero que pide pinchazos y azotes… a lo cual solo lo mire y después me sonreí, si vamos a un sitio te doy una azotaina suave, para que veas la mano y te doy los mimos que no te di ayer. 

Diego al ver mi cara de sorpresa, y de susto, dijo no va a pasar nada, te lo prometo solo que te vas a casa con la colita un poco rosadita, prometo ser suave. Ni lo pensé y le dije sí. Fuimos a un sitio cerca, y entramos por el estacionamiento, y después entramos a la habitación. Al bajarnos del auto saco un maletín que parecía de médico, aunque más grande, y me asuste, pero intuyendo algo dijo, no, no te voy a pinchar, tranquila.

Entramos en la habitación, se sentó en la cama y me dijo ven acá, acuéstate sobre mi regazo, vamos a empezar, empezó muy suave, casi no las sentía, encima de la ropa, eran muchas y rítmicas, después me pidió que me levantara y me desabrocho el pantalón, cuando lo hizo me halo para volver a quedar en sus rodillas y siguió en faena algunas veces corriendo el panti que era cachetero, y dando palmadas sobre la piel, ya empezaba a sentir algo, pero no fuerte, al final sentí como sus dedos se fueron al elástico de mis calzoncitos y los iba a bajar y le pedí no por favor, me da vergüenza, a lo cual dijo, saca las manos y suelta el elástico, yo te hable de una azotaina, castigo suave, no que solo fuera encima de la ropa, sácalas de ahí o te voy a subir la intensidad y no tienes la cola para aguantar un par de palmadas fuertes.. por favor Diego, ante lo cual zaas soltó el primer azote realmente fuerte que me hizo brincar, a las buenas Mary, solo eso basto para que retirara las manos del elástico, y dijo como castigo... y lo bajo hasta las rodillas, dejándome todo el trasero expuesto. Subió un poco la intensidad, pero no mucho, de reojo pude ver en uno de los espejos mis nalgas estaban rosadas… su palidez ya no existía. Finalmente termino y me pidió que fuera el rincón antes me ayudo a subir la ropa, y al llegar al rincón me bajo nuevamente la ropa dejándome con la cola al aire. Después me hizo acostar y aplico una generosa crema esparcida, cuando fue esparcida me dio un par de besos fugaces en los pinchazos diciendo ya está. Luego me ayudo a acomodarme la ropa me pidió y me mostro lo que llevaba en su maletín toda serie de juguetes, que decía que eran para nenas traviesas como yo.

Me llevo a mi casa y me “ordeno” escribir todo esto, y ya mañana se lo mando por email y me pongo hacer la tarea que me dio, cuando llegue de trabajar.


FIN DIA 7

domingo, 30 de abril de 2017

EL DIARIO... DIA 6 (RELATO)


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Estoy escribiendo bocabajo, me duele mucho el trasero, finalmente  se terminó el tratamiento médico, tengo cita de seguimiento con la doctora en un mes, pero además de eso, nunca me imaginé que un tratamiento de inyecciones encerrara tantas cosas para mí, y que me llevara a descubrir muchas más cosas, me siento tan rara, pero el foro además de Diego me han ayudado a entender y sentirme aliviada al saber que no estoy loca, que no soy la única que le gusta todo esto. Hoy fue uno de los días más intensos de mi vida.

En la mañana Diego me envió un mensaje de texto, disculpándose por no haberse conectado o comunicado porque se le presento un problema con el celular o al menos eso es lo que dice, me pregunto si quería que me pasaba a buscar para ir juntos a la farmacia por la última inyección. Al principio dude, pero dije que diablos solo se vive una vez, le dije que okay, pero que yo quería ir caminando hasta allá, no quería ir en auto porque para mí, caminar era parte de mi ritual y me ayudaba a relajar a lo cual me dijo que no había ningún problema que no cambiaríamos nada de la rutina, lo único es que en lugar de acompañarme virtualmente lo haría en la vida real, y que sería mi apoyo moral para sostener mi mano, porque sabía que dolían y que hoy me podría doler un poco más… me quede en silencio como parte de mi respuesta, y pensé que cuando nos viéramos le haría mi famosa mirada USI 5550.

Llego por mí, y empezamos a caminar y charlar sobre muchas cosas diferentes a lo que nos unía en ese momento, quería conocerme más y yo a él, en la mitad del camino me detuve, me sentí nerviosa, empecé a respirar agitada, sentía que el corazón se me iba a salir del corazón estaba por tener un ataque de ansiedad. Diego se detuvo conmigo y de inmediato me dio un abrazo fuerte, de contención, supo lo que pasaba conmigo. Al oído solo me decía que me tranquilizara, que respirara, que él estaba conmigo y nada pasaría. Solo le dije no, no ya no quiero, devolvámonos a casa, no quiero que me pinchen, me duele mucho la cola, ya no quiero que me vean, y cuanto pensamiento paso por mi cabeza se lo exprese, incluyendo o citando tácitamente que no quería que el entrara conmigo porque me daba vergüenza.

Solo me abrazaba y me llevo a una banca cerca acariciándome la espalda, me dijo a ver, quiero que cierres los ojos e inhales profundamente y sostengas el aire mientras cuentas mentalmente hasta 4, luego exhalas despacio contando hasta 4 mentalmente, lo hice, me pidió que lo hiciera de nuevo y que lo repitiera unas cuentas veces, hasta que mi respiración se calmó y los latidos del corazón volvieron a la normalidad.

Me hablo de muchas cosas, y dijo que le explicara porque sentía tanto miedo o ansiedad, y como pude se lo dije, sin poder dar explicaciones muy detalladas, cuando termino de escucharme, me dijo entiendo todo lo que dices, pero dos puntos, el primero no te vas a saltar esta última inyección, no te dejo hacerlo y te llevo a la farmacia así sea arrastras,  porque es por tu salud, no por placer, es la última mujer, y si sé que te dije que te iba a doler porque el musculo esta resentido, no pretendía asustarte, pero es por tu bien, por lo cual no es negociable. Dos, si quieres no entro contigo para acompañarte cuando te pongan la inyección, pero créeme que mi interés es acompañarte, sostener tu mano y no meramente verte el cu… los glúteos. Te respeto lo suficiente para entender que si no quieres no voy a insistir, pero si te llevo a la farmacia y me cercioro que entres al cuarto, por todo lo que dije antes.

Asentí con la cabeza y más tranquila retomamos el camino a la farmacia, al entrar Marlen estaba en el mostrador y al verme me pregunto cómo estaba y que si no estaba feliz porque hoy terminábamos. Le dije que sí, pero que me dolía bastante, y que venía obligada y me reí, y le presente a Diego como mi pareja, que él quería cerciorarse que me iba a poner la inyección que si había algún problema que el entrara conmigo. Marlen se rio, y comento que era muy desconfiado, pero que no había problema, solo que el lugar era muy chico, pero ahí mirábamos como nos acomodábamos, y no recordaba que el lugar era estrecho, donde cómodamente solo cabían dos personas una de ellas acostada en la camilla.

Diego sonrió, le brillaron los ojos, una sonrisa pícara se dibujó en su rostro, instintivamente sabía que una idea había cruzado por su cabeza.

Marlen al vernos a los 2 y preparar la ampolla dijo, se me ocurre que para que estemos cómodos porque no te haces aquí, y señalo hacia una esquina de la camilla y tú te acuestas y yo aquí, parecía todo muy apretado, iba abrir la boca cuando…. Diego dijo porque no mejor yo me siento con la espalda a la pared, y tu nena te acuestas en mi regazo así me aseguro de que te pinchan bien porque no querías venir, y te tuve que obligar y soltó una carcajada tan contagiosa que nos hizo reír a Marlen y a mí. Marlen dijo sí, me parece bien.

Me desabotone el pantalón y me empezaron a temblar las manos como la primera vez, me saque los zapatos y como pude me acomode mientras me bajaba el pantalón, lo hice un poco nada más, mientras de reojo observaba como terminaban de cargar la jeringa, y 3 ml se llenaron , con la aguja amenazante hacia arriba.



Me estaba acomodando encima del regazo de Diego cuando él dijo, mira nena este pantalón esta apretado, y Marlen estará de acuerdo, que si te duele tanto la cola, es mejor aflojar, esta última será un poco pesadita… así que, me bajo el pantalón hasta un poco debajo de la base de las nalgas, lo mire como .. ¿Qué haces? Es para que estés cómoda y me guiño un ojo. Me acosté, y al hacerlo Diego bajo los calzoncitos hasta la base de las nalgas mi trasero expuesto, servido para que lo pincharan, sentí un escalofrió cuando Marlen empezó a desinfectar la zona, y sin menos pincho, lo sentí, me dolió esta vez y bastante, no sé si fue que cambio la técnica, lo hizo despacio, o que cosa que me hizo brincar encima del regazo de Diego con un Ay me duele a modo de sollozo… shh lo siento, tranquila… Diego me acaricio la otra nalga muy suave, cuando empezaron a inocular el líquido, y mis quejas fueron en aumento, me dolía y bastante, ya casi, Diego me decía respira nena, Marlen me decía no aprietes, no entra el líquido, hasta que dijo, tengo que volverte a pinchar, la aguja se tapó… ante lo cual exclame.. ¿Cómo? No por favor, no más pinchazos, lo siento Mary, de verdad se tapó la aguja porque tu apretaste tan fuerte el musculo que el líquido se devolvió y tapo la aguja, tranquila que solo falta centímetro y medio. No por favor, no más pinchazos volví a repetir con la voz quebrada, dejemos así.

Ante lo cual Diego aprovecho y dijo no nena, te aguantas, es la última ya lo hablamos, no negociamos, te va a pinchar la otra nalga. Y me dio una nalgada no muy fuerte, a lo cual Marlen la muy sapa, digo muy colaboradora dijo eso, un par de palmadas ayudan a relajar el musculo, no tuvo que decir nada más y Diego me proporciono 5 palmadas de moderada intensidad rápidas, Marlen paso el algodón y pincho, me hizo volver a brincar e inyecto rapidísimo, lo cual me hizo ahogar el grito y lágrimas resbalaron por mis mejillas, al mismo tiempo en la otra nalga el medicamento hacia efecto, sentía hervir la piel, ardor, lloraba en silencio me masajeo de nuevo, y Diego termino acomodarme la ropa, me levante y cuando me vio se sorprendió, me dio un beso en la frente, y dijo ahora te hago mimos y masajes preciosa, es por tu salud.

Nos despedimos de Marlen, salimos de la farmacia yo con la cola hirviendo, ardiendo, dolorida, limpiándome las lágrimas del rostro, seria y en silencio, algo enojada. Diego me acompañaba y me pregunto que me pasaba, le conteste muy enojada, no quiero hablar nada, de nuevo con paciencia me pidió que habláramos, volví a decirle que me dolía mucho el culo, como para hablar, era la primera vez que le contestaba tan agresiva y tan grosera, se sorprendió y su instinto fue mandar la mano a la cola y darme una palmada, suave, diciendo no me hables así, y si vamos hablar y dejar las cosas claras, pero no va hacer hoy, mañana cuando estés más calmada y proceses lo que estas sintiendo tu enojo es por otra cosa. Te acompaño hasta tu casa y cuando llegues vas hacer lo siguiente, te vas a poner paños de agua tibia en los glúteos, vas a dormir un rato, y después te vas a duchar con agua caliente de manera que te relajas y quiero que, estando desnuda, pienses en todo lo que ha pasado hoy y te dejes llevar con lo que sientas y te pida tu cuerpo. Llegamos al apartamento se despidió de mí, paso por su auto y se fue, ya dormí, me duche, y  al recordar con detalle todo lo que paso el día de hoy mi cuerpo pidió que aliviara la calentura que me había invadido, al volver a escribir, siento que tengo fiebre otra vez y debo darle alivio.

La charla que tenga con Diego mañana será muy interesante.



Hasta mañana.

FIN DEL DIA 6


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lunes, 9 de marzo de 2015

EL DIARIO... DIA 5 (RELATO)


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Hoy fue un carrusel de emociones, no pude caminar como de costumbre camino a la farmacia para dispersarme, y Diego hoy no se pronuncio, tal vez ya no le intereso, o simplemente desistió de acompañarme para la última inyección.

Una amiga me pidió que la acompañara hacer unas diligencias, y en su auto me llevo hasta la farmacia, simplemente me sentí acorralada, y me enfade, mi ansiedad se elevo a niveles alarmantes, cada cuadra que pasábamos en el auto era sentir que iba a mi tortura, estaba por desechar la idea de que me inyectara, mentiría y diría que si me la habían puesto, pero al mismo tiempo pensé, es una oportunidad que dejo pasar, además, si me toca comenzar de nuevo el tratamiento, los otros cuatro pinchazos habrán sido en vano, iba sumergida en mis pensamientos hasta que mi amiga, dijo aquí, ya llegamos, te espero al frente en ese pequeño almacén, cuando salgas me buscas y nos regresamos para que me acompañes aquel sitio que te comente… anda ve a que te pinchen la cola y ya esta, tema superado por hoy. La mire con cara de no me simpatizas, a lo cual se rio y dijo ay amiga por favor tu tan grande y le tienes miedo a las inyecciones? Si es solo un pinchazo, ante lo cual solo pude pensar, será que Diana es del palo, le gusta el tema, su interés porque me inyectaran era muy sospechoso, en tono serio le dije, no, no es que le tenga miedo, solo que… sabes que espérame ya regreso. Sali del auto sin darle oportunidad a que me contestara algo perspicaz.

No sabía si entrar o no, de reojo vi al farmaceuta atendiendo clientes, se veía tan serio, su mirada de alguna manera me intimidaba, asi que resignada después de dudar durante segundos que en mi mente fueron horas interminables, entre a la farmacia.

Me saludo, buenas tardes Señorita, puedo ayudarla en algo? Si mire es que compre este medicamento aquí, y vengo a que por favor me pongan la inyección de hoy, aquí esta la factura de la compra del medicamento. Solo contesto pase por aquí, y su mirada se volvió serena y gentil.

Nuevamente entre aquel cuarto con un profundo aroma a alcohol y de alguna manera a hospital, me dijo dese la vuelta y bajase los pantalones, a lo cual le dije con una sonrisa,  por favor yo me quiero acostar en la camilla, soy muy nerviosa, ante lo cual mientras el preparaba la ampolla sonrió me dijo si claro y en ese instante la jeringa cayó al piso, no se si se puso nervioso, o un accidente, solo dijo ya cambio la aguja, se retiro a buscar otra aguja mientras yo me acomodaba en la camilla, instantes después estaba conmigo y en ese instante me baje el pantalón y la ropa interior, solo un poco, lo justo para el pinchazo, sentía tanta vergüenza porque me viera el trasero…. Así que sin más, bajo solo un poco mas, 3 palmadas fuertecitas y me pincho, esta vez ni sentí la aguja, solo los dos en silencio mientras el inoculaba el medicamento, despacio, después dijo ya esta terminamos… me sobo, me subi la ropa y le dije Gracias! Usted tiene una excelente mano, no sentí nada, solo sonrió un poco sonrojado respondiendo gracias, ya me lo habían dicho, fui un poco mas coqueta  y le dije, tiene mejor mano que Marlen, pero por favor no le diga nada, no quiero herir susceptibilidades y ella mañana me pincha y me reí, a lo cual dijo no se preocupe, su secreto está a salvo conmigo.

Y como las últimas veces, justo al salir, empezó a doler, esa sensación de ardor, me frotaba disimuladamente, cada vez me dolía más, ya eran 3 pinchazos en la misma nalga.

Fui hasta al almacén donde quede de encontrarme con Diana, me pregunto cómo estaba y con voz aniñada le dije me duele… a lo cual se rio, y dijo claro ya son 3 en la misma nalga, dile a tu mama que te haga compresas, aunque si eres muy quejetas… (quejarse por todo) y me pregunto por todo el proceso de la inyección. A lo cual le dije pero a ti te divierte no? O es que te gustan las inyecciones le dije riéndome con una segunda intención, Diana se puso colorada, como si la hubiera pillado y dijo porque me preguntas eso? A lo cual le dije  a ver Dianita, no me contestes con otra pregunta, respóndeme lo que te pregunte, solo se quedo callada, y con reproche en su voz dijo , no te vuelvo a preguntar nada eh.

Diana te estoy preguntando porque muestras mucho interés en saber todos los detalles de la inyección, y no lo disimulas te conozco bastante bien, lo que me cuentes no saldrá de las 2, tenme confianza y dime te gustan? Te causan algún tipo de morbo? Prometo no decir nada, y con un suspiro dijo lo que yo sospechaba, dijo si me gustan… pero solo ponerlas… ya veo dije yo, y sabes cómo hacerlo? Si contesto enseguida, aprendí en la cruz roja, y desde allí me gusta ponerlas…  entiendo conteste yo, bueno no tiene nada de malo Dianis, conozco gente que le gusta el tema… sus ojos se abrieron como platos, si de verdad? Su voz era de total asombro, le dije sí, bueno vamos a donde quieres ir, quiero llegar pronto a casa.

Mary, dijo ella, te molesta si yo te inyecto mañana? Ya te confesé mi secreto, y me gustaría inyectarte, le dije no Dianita, esta vez no, ya quede con Marlen y además mañana tengo algo que hacer, para una próxima oportunidad será.

Hizo una mueca de enfado, y solo dijo gracias por no juzgarme… a lo cual solo le dije, no tengo porque, más adelante te contare secretos míos y me reí.

Fuimos hacer nuestras diligencias y al regresar en la noche, después de pensarlo mucho, decidi aceptar el ofrecimiento de Diego, que entrara conmigo a la consulta para que viera como me pincharan. Se lo diría en la mañana, quería aprovechar las oportunidades que se me presentaran, además solo presenciaría el pinchazo, cada cual a su casa después, y tal vez solo tal vez pensaría en verlo otra vez.

Me cuesta trabajo conciliar el sueño pensando en todo esto, y Diana quien lo iba a imaginar, mas adelante le diría que me gusta el tema, aunque ahora no me veo jugando con una mujer, quiero probarlo por otro lado además que con Diego a futuro las cosas pueden volverse interesante….



FIN DÍA 5

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sábado, 7 de marzo de 2015

EL DIARIO... DIA 4 (RELATO)


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Me duele tanto la cola, hoy fui nuevamente a que me pincharan lo mismo de todos los días llegar, saludar, bajarme los pantalones y los calzoncitos, y poner la cola a que me la pinchen, para luego salir a la calle para que me duela y sin yo poder hacer nada, aunque como ayer, Diego estuvo virtualmente durante todo el proceso y me consentía de manera virtual.

La verdad es  que admito que si bien es cierto me gusta, ya tengo el musculo muy adolorido, pero hoy después de llegar a la farmacia, Marlen me dio la noticia ella no estará mañana, lo tiene libre por haber hecho 2 turnos seguidos, y solo queda o el farmaceuta o ese chico nuevo, la verdad no se qué hacer, no quiero ir me da miedo, nunca me ha pinchado un hombre, y me da mucho miedo aunque siento morbo, pero ahora es temor, no sé porque, pero siento temor.

Ahora que termine de hablar con Diego contándole lo de hoy además me pregunto que si me gustaría que me acompañara para la ultima inyección, haciéndonos pasar por pareja, pero que no le conteste de inmediato sino el ultimo día a la mañana, y la verdad no se qué hacer, me encanta la idea, pero solo como eso, idea, de fantasear que alguien está ahí, acompañándome incluso sosteniendo mi manito y ver cómo me pinchan, pero llevarlo a la realidad es un paso muy grande.

Además hoy tocamos un tema que me tiene dando vueltas la cabeza, y me pregunto cómo me sentiría si me diera unas nalgadas si yo no era obediente, al principio me reí, no me imagino a estas alturas de mi vida que me castiguen como nena, por no ser obediente, pero al mismo tiempo, tengo curiosidad y fantaseo con la idea, aunque también admito que soy cobarde para el dolor, he visto imágenes de cómo le queda la cola a muchas mujeres morados y yo no quiero eso, aunque esa sensación de vulnerabilidad, de que me castiguen, me pica y mucho. Pero es algo tan intimo, me da vueltas la cabeza, estoy confundida por lo que siento además, no sé porque pero mi temperatura se eleva cuando imagino eso, realmente me inquieta que este mal de la cabeza y no me siento muy normal que digamos.

Diego me atrae, no puedo negarlo hay algo en el que me llama, hay algo que me conduce hacia ese lado oscuro que quisiera probar, pero también tengo miedo de salir lastimada, no solo físicamente sino emocionalmente. Quisiera dar rienda suelta y dejarme llevar, con este hombre, solo tendría que cuidar el corazón y los demás cuidados pertinentes.

Cada vez que hablamos me siento vulnerable, pequeña, donde obedezco, pero al mismo tiempo me rebelo porque hay cosas que no quiero hacer, como que ropa interior usar para cuando me pinchen, es una contradicción total.

Diego dice que yo le atraigo que cada vez esta mas convencido que ve algo en mi, y que si es correcto la podemos pasar muy bien, pero antes tenemos que charlar y mucho, y que vayamos con calma para conocernos y estar seguro de lo que ambos queremos, por ahora me dice que le de esa oportunidad de acompañarme a la farmacia, y la verdad no sé, estoy tentada a decirle que sí, pero si algo pasa? Y si después no me pueden encontrar? Tengo tantas inseguridades en la cabeza que tengo que resolver y acudir a mi intuición para no cometer una estupidez.

La cabeza hoy la tengo grande de tanto pensar, en mañana que me pincharan, la verdad no se si ir, pero se, que de saltármela, no solo pierdo el tratamiento sino que perdería una oportunidad, Diego me dice que vaya, que experimente, que ese Señor, le habrá visto las nalgas a muchas mujeres, y ya estará acostumbrado, y lo más importante que si no lo hago, corro el riesgo que el médico me regañe y me haga volver a empezar.

No sé qué hacer, espero poder dormir y mañana con la luz del dia, decidir lo que será mejor para mi, veo la jeringa y la ampolla en mi mesa de noche, y pienso en el rostro de ese señor y se me acelera el corazón.

Mañana será otro día.


FIN DEL DIA 4

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martes, 3 de marzo de 2015

EL DIARIO... DIA 3 (RELATO)


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Hoy fue mi tercera inyección, repetí nalga, ya me siento un poco mas adolorida, si bien es cierto la inyección no duele al momento de ser inoculada, si después de un rato cuando llega al musculo, o esta en el torrente sanguíneo, duele y bastante.

Caminar hasta la farmacia que está un poco alejada de mi casa se ha vuelto un ritual me da espacio para relajarme y pensar mientras llevo en el bolso la jeringa y la ampolla, siento al mismo miedo temor y ansiedad, saber que llegare a entregar el medicamento y mi cola para que la pinchen… A veces no quisiera ir, me siento tan extraña con todo lo que siento, pero recuerdo que es por mi salud y por mi cerebro. Al mismo tiempo  hablar con Diego es terapia, me acompaña virtualmente en medio de todas estas sensaciones contradictorias, me dice que le gustaría mientras me pinchan el hablarme y que yo le describa lo que siento en ese instante.. le digo que tratare ya que a Marlen le parecerá sospecho que yo chatee mientras me inyecta. Diego insiste y dice que lo intente que no piense lo que dirá Marlen que si puedo hacerlo, que lo haga, que el se pondrá muy feliz, y que eventualmente el será el que me lleve a la farmacia y  este conmigo personalmente, ante lo cual no puedo evitar sorprenderme y sentir vergüenza, temor y curiosidad mucha curiosidad, algo de morbo también.

Al llegar a la farmacia esta Marlen, mi pinchadora oficial, me sonreí, y me hace pasar al cuartito como todos los días, solo que me dice que aunque no está segura, uno de los días siguientes no estará porque los tomara libres, así que le pregunto que quien lo hará me dice que el Farmaceuta u otro chico que también es dependiente, escuchar esto me pone muy nerviosa, a mí nunca me ha pinchado un hombre y me da miedo, mucho miedo y vergüenza, no sé porque pero mucho pudor…

Le digo que me siento nerviosa, que si mientras me pincha puedo chatear para distraerme porque me duele y hoy repetimos, se ríe y me dice claro, solo no se mueva para que no suceda un accidente con la aguja.

Me acuesto bocabajo en la camilla y me descubro el trasero, mientras ella prepara la inyección decido no mirar, y en su lugar le mando un mensaje a Diego diciéndole que ya estoy listo y ya prepare la cola para que me pinchen, solo contesta buena chica.

Mientras Marlen desinfecta con el algodón la zona, yo le voy escribiendo rápidos mensajes a Diego, diciendo todo lo que está pasando a manera simultánea hasta que pincha y termina de inyectarme, sus respuestas son cortas, solo dice ok, ok. Lo cual me hace pensar que está ocupado o se está imaginando la situación. La inyección termina yo  me visto, doy las gracias y salgo a la calle justo cuando empieza a doler otra vez, y yo sin oportunidad de poder masajearme en medio de la calle. Igual le transmito esto a Diego, quien dice, quiero conocerte, deseo conocerte, veámonos hoy en algún sitio..

Su mensaje me impacta y me sorprende, y le digo que no estoy segura, me llena de inseguridades y me da temor encontrarme con un desconocido, le digo que no estoy segura, me dice que intercambiemos fotos y nos veamos en un sitio público, solo para tomar café y poder hablar personalmente. Me pregunta donde estoy, a lo cual le digo escuetamente que estoy en el Norte, la verdad me inquieta que quiera conocerme, soy tímida y desconfiada, pero el me dice que no me preocupe, que no me va a presionar, pero le gustaría conocerme.




Me indica un sitio, un café abierto que resulta estar en un centro comercial muy cerca a donde yo vivo, cosa que me hace dudar si él sabe donde estoy y repaso mentalmente si le he dado información acerca de mi ubicación o simplemente es una coincidencia. Que el va a estar allí a las 6 pm, y se describe físicamente que si yo quiero ir, el me va a esperar y si no voy el comprenderá, y esperaremos hasta que yo sienta más confianza.

Tengo curiosidad por conocerlo, algo me atrae de él, no se a que se debe, pero me atrae peligrosamente, así que llamo a uno de mis mejores amigos y le digo que conocí a alguien por internet, que me  invito a conocerlo en el café x del centro comercial que queda en x sitio.

Mi amigo Carlos es sobreprotector y algo autoritario, así que me da las recomendaciones del caso, y añade, yo te acompaño y me quedo cerca quiero conocerlo, ante lo cual le digo, no Carlos no es necesario, solo quiero que sepas donde estoy, ante lo cual dice NO, punto te acompaño, yo me hago en otra mesa, pero quiero estar seguro que llegues a tu casa bien, y no estés reunida con cualquier loco, degenerado, ante lo cual solo puedo reírme y le digo ok, pero te haces bien lejos y donde me hagas quedar mal, te mato eh.

Fuimos al centro comercial y conocía a Diego, creo que tenemos algo de química, es muy amable, simpático, respetuoso y caballeroso,  le digo que no estoy sola que mi amigo está sentado en otra mesa, y me dice que no hay problema, que entiende, no es fácil confiar en nadie hoy en dia con tanto loco suelto, tomamos un café y hablamos de todo el tema del tratamiento médico, como lo voy llevando que si estoy adolorida etc., etc., etc. A lo cual le digo que si, entonces muy serio, mirándome a los ojos me dice hoy cuando llegues a tu casa quiero que te masajees un rato la cola, que te pongas compresas de agua caliente con bicarbonato, y luego des rienda suelta a tu imaginación y pienses como te sentirías teniéndome a mi presente en ese cuartito mientras te pinchan o lo que es mejor que yo te pinche y si te portas mal un par de palmaditas. Y mañana me mandas un mail contándome todo esto. Me extiende una tarjeta con su email, e intercambiamos nuestros nombres de pila y con voz muy baja me dice una nalgada cariñosa y un beso en el pinchazo palabras que hacen que todos mis colores suban a mi rostro al tener que verlo a los ojos.

La reunión se termina nos despedimos con un apretón de manos, quedando en hablar luego y yo me regreso a mi casa con mi amigo que me somete a interrogatorio, pero logro evadir algunas preguntas, ya que solo es un conocido, que tenemos intereses en común.

Al llegar a casa hice todo lo que me dijo Diego y pensé en esa situación y me encontré excitada con la situación, la verdad fue un trampolín hacia el clímax ya que nunca pensé que algo así me pudiera gustar tanto.

Ya le escribiré a Diego mañana y le diré todo lo que me pasa por la cabeza.


FIN DEL DIA 3

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martes, 24 de febrero de 2015

EL DIARIO... DIA 2 (RELATO)



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Hoy me levante un poco adolorida de mi nalga derecha, ayer me pincharon, pero aun así, recordar la experiencia me hace volar y preguntarme qué es lo que me está pasando, porque me siento como me siento. No me gusta el dolor, odio sentir mi nalga caliente y adolorida, pero al mismo tiempo recordar la escena me hace sentir un poco excitada.

Me voy a la ducha, y me doy un largo baño de agua caliente, masajeo mis glúteos despacio, como preparándolos para lo que viene, al final una buena crema hidratante, y escojo unos panties bonitos, nada de tangas ni eso, porque no me gustan, pero femeninos aunque no muestran nada y esconden lo que deben esconder. Al mismo tiempo estoy un poco acomplejada no creo que mi derrier sea tan bonito como para andarlo mostrando, pero no hay nada que hacer y me consuela saber que esta chica le habrá visto el trasero a mucha gente, así que ni se fijara en el mío.

Mientras me visto escucho el tono de mi celular indicando que he recibido un mensaje, para mi sorpresa es Diego, preguntándome como estoy, si dormí bien, si todavía estoy adolorida, a lo cual le respondo a todo si. También le digo que estoy por salir a la farmacia y que estaba empacando la ampolla y la jeringa para la inyección de hoy, al respecto pregunta cómo me siento, y sin poder evitarlo le digo que tengo un nudo en el estomago, que estoy nerviosa, ansiosa, emocionada y algo asustada también aunque mucho menos que ayer, a lo cual solo dice que respire y que me tranquilice, el me hará compañía virtual por ahora, cosa que me deja pensando… por ahora?. Así que sin más demora salgo de mi casa rumbo a la farmacia con los instrumentos de tortura/ placer en mi bolso.

Voy caminando despacio, admirando el paisaje que tengo por delante, y de vez en cuando haciendo una parada para textear a Diego, que me va preguntando por otras cosas que nada tienen que ver con las inyecciones.

Al fin llego y siento que mi corazón se detiene por un micro segundo, entro y veo a Marlen la chica que me había inyectado el día de ayer, la saludo con una sonrisa a la cual me corresponde con otra sonrisa indicándome que pase al cuartito tan entrañable para mí. Al mismo tiempo mientras ella prepara la inyección le envió un mensaje rápido a Diego indicándole que ya es inminente la inyección que en seguida regreso. Solo contesta ok, te espero.





Me pide que me recueste en la camilla,  y que me baje el pantalón y la ropa interior, lo cual hago sin demora, me bajo los pantalones junto con la ropa interior al tiempo dejando desnuda mi cola hasta la mitad, acto seguido siento el algodón empapado por alcohol sobre mi nalga izquierda, empiezo a contar en silencio lo que demorara el pinchazo todo dentro de un ambiente de absoluto silencio, y en menos de lo que pienso zaas nuevamente el pinchazo, que apenas lo siento, al mismo tiempo empieza a inocular el medicamento, nada, no duele nada en ese instante, y las dos no pronunciamos palabra, hasta que Marlen dice, ya esta, retirando la aguja y sobando nuevamente con el algodón.

Me visto, le doy las gracias y salgo a la calle, donde ahí justo ahí me empieza a doler, siento la zona caliente, y duele bastante pero menos que en la derecha, y texteo a Diego diciéndole que ya termino la inyección y que me encuentro camino a casa, pero que me duele bastante, ante lo cual dice que camine y cuando llegue a casa  el me hará mimitos virtuales, solo puedo sonreír ante el pensamiento de mimos virtuales, así que emprendo mi caminata un poco más rápida que cuando me dirigía a la farmacia.

Llego a casa y nuevamente texteo a Diego, le digo que ya llegue, me pregunta que si estoy sola y le digo que si, me dice que me vaya a mi habitación que me quite el pantalón, y solo quede en ropa interior, a lo cual le respondo si me esta hablando en serio, y con un emoticón de guiño, y un jijiji, dice si, obedece.

Esa nueva situación me lleva a pensar mil cosas, como obedezco a un extraño que ni conozco, que nunca nos hemos visto, y que solo es a través de mensajes de texto nos comunicamos, aun así, siento que confió en el, un nuevo mensaje me indica que me acueste bocabajo en la cama, y que me baje la ropa interior dejando mi cola desnuda, lo hice sin dudar, en realidad pienso que no se que es lo que estoy haciendo y solo me dejo llevar…. Me dice que con mis manos me de masajes en ambas nalgas  justo donde están los pinchazos, suave sin apretar, solo relajando el musculo y que recuerde ambas experiencias.

Después de varios minutos de hacerme masajes y solo leyendo lo que el me escribe, me dice que pare, que me suba la ropa y le cuente detalladamente el proceso de la inyección, cosa que hago sin dificultad y le relato todo lo sucedido, todas las sensaciones que me embargaban, luego de contarle me siento muy excitada, esta narración ha subido mi temperatura y se lo hago saber, a lo cual responde lo se, se cómo te sientes, ahora vas hacer algo por mi… quiero que te desnudes totalmente y te acaricies, que pienses en todo esto que has vivido, como te sientes yo dándote ordenes y después que estés satisfecha quiero que me digas todo lo que sientes.

Doy rienda suelta a mi imaginación dando alivio a la temperatura tan elevada que sucumbe mi cuerpo, para finalizar en una explosión de placer, agotándome por completo, respiro me doy una ducha, me visto y resumo mi conversación con Diego, contándole detalladamente el suceso según me indica, me siento confundida, muy confundida con todas las sensaciones que pasan por mi cabeza. Al final me pregunta cómo me siento yo, siguiendo sus instrucciones, ordenes, le digo que bien que me excita pero estoy confundida,  y no sé porque, no me veo siguiendo órdenes, soy bastante caprichosa por naturaleza, solo rio, y dijo no te preocupes lo exploraremos juntos. Una nalgada cariñosa, y un beso en el pinchazo.


FIN DEL DIA 2.


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lunes, 23 de febrero de 2015

EL DIARIO.... DÍA 1 (RELATO)

He decido explorar una mini serie de relatos, en forma de Diario, que estaran encadenados de alguna forma con los anteriores, abarcaran muchos temas. Mucho de lo que escribo esta basado en hechos reales mezclado con fantasía. Espero que les guste.








Ayer después de llegar de mi cita médica con una receta para 6 inyecciones de un medicamento para mi cerebro, decidí navegar por la red, aburrida, con la cabeza enredada de tantos pensamientos ambiguos que me invaden porque me van a inyectar, hace tanto que no lo hacen tengo temor, pero a la vez ansiedad, me siento rara porque me atrae la idea que me pinchen la cola, estar en esa posición de vulnerabilidad sin poder hacer nada, no sé si me dolerá o no, pero tengo una mezcla de sentimientos que no me deja dormir.

Así que me encontré con un foro de medical, me inscribí solo para mirar y leer experiencias de inyecciones, y después de un rato entre al chat y empecé hablar con un hombre, más o menos de mi edad, que le gusta poner inyecciones, en lugar de recibirlas, le cuento de mi miedo, de lo confusa que me siento al sentir esa contradicción de tener miedo y que me guste la idea de que me inyecten.

Casualmente el vive en mi ciudad, trata de tranquilizarme y me anima a que me ponga las inyecciones en una farmacia, que no postergue mas tan inevitable acontecimiento, ya que mi salud esta primero, a pesar que solo chateamos, percibo cierta autoridad, solemnidad en sus palabras que me atrae peligrosamente, así que entre juego y broma , percibo que me da la “orden” de mandarme inyectar al día siguiente, y que en la noche me conectaría para contarle como me fue… a lo cual solo pude reírme y decirle que lo pensaría, que todavía no estaba muy segura de hacerlo, a lo cual solo dijo sé que lo vas hacer, piensa que es por tu salud, y porque en el fondo quieres salir de esta agonía.

Hoy me levante, me bañe, decida a buscar una farmacia donde me pincharan, realmente tenia los nervios a flor de piel, no sabría si seria hombre o mujer, hacia muchos anos ya que no le mostraba mi cola a nadie, caminaba y en cada farmacia pensaba, en la siguiente, no estaba segura, pensaría como seria el momento.

Después de caminar mucho, al fin decidí parar la búsqueda de farmacia y encontré una pequeña, donde habían varios dependientes varones y una chica, así que muy tímida y asustada entre preguntando por el medicamento y si allí aplicaban las inyecciones,  a lo cual a todo me dijeron que si, y al preguntar que quien inyectaban me señalaron un señor ya mayor, a lo cual palidecí, ya que su semblante era bastante serio, pero al mismo tiempo la chica dijo y yo también, con lo cual suspire aliviada. Pague por el medicamento y de una vez me vendieron las 6 jeringas restantes, ya que me aplicarían diariamente la dosis en aquella farmacia como parte del servicio por comprar el medicamento allí.






Pague y me hizo entrar a un pequeño cuarto impregnado de olor a alcohol, empezó a preparar la ampolla y la miraba tan detenidamente que el tiempo pasaba en cámara lenta, primero rompió el cuello de la botella, y luego introdujo la aguja para absorber el medicamento, al mismo tiempo diciéndome que me bajara el pantalón y  que me diera la vuelta, me inyectaría de pie, cuando vi la jeringa apuntando al cielo, con la gotita en la punta de la aguja comencé a temblar incontrolablemente, le dije estoy muy nerviosa hace mucho no me inyectan, no podía desabrocharme el pantalón, a lo cual sonrió dulcemente y dijo no se preocupe, acuéstese en la camilla, y con un esfuerzo logre desabotonarme el pantalón, y al estar acostada bajarlo hasta la base de las nalgas. 

Luego delicadamente ella procedió a bajarme la ropa interior hasta la mitad del trasero, y cuando estaba limpiando la zona, la nalga derecha, me dijo respire tranquila y relájese, y zaas pincho... la aguja solo la sentí muy poco y empezó a inyectar, no dolía, y después de segundos termino, cuando me subió la ropa interior, intente levantarme pero me dio un mareo y vi estrellas de colores, solo me dijo quédese recostada, está débil.

Cuando me recupere me levante y salí de aquel cuartito impregnado de alcohol, que se convertiría en un recuerdo entrañable para mi, al salir de la farmacia con la bolsita que contenía las jeringas y el medicamento sentí dolor, quemazón en mi nalga derecha. El liquido empezaba hacer efecto y adolorida me fui a casa, y solo pensaba en llegar a casa y contarle a Diego mi experiencia, algo dentro de mi me urgia a contarle.

Espere a que fuera la hora y me conecte al chat, para mi sorpresa estaba allí esperándome, me saludo afectuosamente y me pregunto si había sido obediente y me había ido a pinchar la cola, solo me rei y le dije que si, solo dijo una frase que en ese momento paso desapercibida para mí en ese instante, así me gusta, que obedezcas.

Pidió que le relatara detalladamente todo lo que había pasado, que como habían sido mis emociones, que ahora como me sentía, le confesé que al principio había tenido mucho miedo, pudor, pero que ahora estaba muy excitada al recordar la escena, me preguntaba qué era lo que me gustaba, que era lo que me excitaba, y le confesé que la idea de mostrar el trasero, de estar en un estado de vulnerabilidad donde yo no podía hacer nada, sentir que el momento se aproximaba cuando pinchaba y quedarme allí en silencio sin hacer absolutamente nada, solo esperar.

Al final de nuestra conversación, Diego me pidió que llevara un diario especial, el cual estoy escribiendo, donde plasmara todas mis sensaciones, ya que el veía algo en mi, y quería explorarlo junto conmigo, despacio, al final se despidió con una frase que se convertiría en su firma. Una nalgada cariñosa y un beso en el pinchazo.

Mañana será la segunda dosis, estoy nerviosa, pero menos que ayer y con una ansiedad increíble porque la experiencia me gusto y ademas quiero saber qué es lo que Diego ve en mí.



FIN DEL DIA 1.

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