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domingo, 30 de abril de 2017

EL DIARIO... DIA 6 (RELATO)


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Estoy escribiendo bocabajo, me duele mucho el trasero, finalmente  se terminó el tratamiento médico, tengo cita de seguimiento con la doctora en un mes, pero además de eso, nunca me imaginé que un tratamiento de inyecciones encerrara tantas cosas para mí, y que me llevara a descubrir muchas más cosas, me siento tan rara, pero el foro además de Diego me han ayudado a entender y sentirme aliviada al saber que no estoy loca, que no soy la única que le gusta todo esto. Hoy fue uno de los días más intensos de mi vida.

En la mañana Diego me envió un mensaje de texto, disculpándose por no haberse conectado o comunicado porque se le presento un problema con el celular o al menos eso es lo que dice, me pregunto si quería que me pasaba a buscar para ir juntos a la farmacia por la última inyección. Al principio dude, pero dije que diablos solo se vive una vez, le dije que okay, pero que yo quería ir caminando hasta allá, no quería ir en auto porque para mí, caminar era parte de mi ritual y me ayudaba a relajar a lo cual me dijo que no había ningún problema que no cambiaríamos nada de la rutina, lo único es que en lugar de acompañarme virtualmente lo haría en la vida real, y que sería mi apoyo moral para sostener mi mano, porque sabía que dolían y que hoy me podría doler un poco más… me quede en silencio como parte de mi respuesta, y pensé que cuando nos viéramos le haría mi famosa mirada USI 5550.

Llego por mí, y empezamos a caminar y charlar sobre muchas cosas diferentes a lo que nos unía en ese momento, quería conocerme más y yo a él, en la mitad del camino me detuve, me sentí nerviosa, empecé a respirar agitada, sentía que el corazón se me iba a salir del corazón estaba por tener un ataque de ansiedad. Diego se detuvo conmigo y de inmediato me dio un abrazo fuerte, de contención, supo lo que pasaba conmigo. Al oído solo me decía que me tranquilizara, que respirara, que él estaba conmigo y nada pasaría. Solo le dije no, no ya no quiero, devolvámonos a casa, no quiero que me pinchen, me duele mucho la cola, ya no quiero que me vean, y cuanto pensamiento paso por mi cabeza se lo exprese, incluyendo o citando tácitamente que no quería que el entrara conmigo porque me daba vergüenza.

Solo me abrazaba y me llevo a una banca cerca acariciándome la espalda, me dijo a ver, quiero que cierres los ojos e inhales profundamente y sostengas el aire mientras cuentas mentalmente hasta 4, luego exhalas despacio contando hasta 4 mentalmente, lo hice, me pidió que lo hiciera de nuevo y que lo repitiera unas cuentas veces, hasta que mi respiración se calmó y los latidos del corazón volvieron a la normalidad.

Me hablo de muchas cosas, y dijo que le explicara porque sentía tanto miedo o ansiedad, y como pude se lo dije, sin poder dar explicaciones muy detalladas, cuando termino de escucharme, me dijo entiendo todo lo que dices, pero dos puntos, el primero no te vas a saltar esta última inyección, no te dejo hacerlo y te llevo a la farmacia así sea arrastras,  porque es por tu salud, no por placer, es la última mujer, y si sé que te dije que te iba a doler porque el musculo esta resentido, no pretendía asustarte, pero es por tu bien, por lo cual no es negociable. Dos, si quieres no entro contigo para acompañarte cuando te pongan la inyección, pero créeme que mi interés es acompañarte, sostener tu mano y no meramente verte el cu… los glúteos. Te respeto lo suficiente para entender que si no quieres no voy a insistir, pero si te llevo a la farmacia y me cercioro que entres al cuarto, por todo lo que dije antes.

Asentí con la cabeza y más tranquila retomamos el camino a la farmacia, al entrar Marlen estaba en el mostrador y al verme me pregunto cómo estaba y que si no estaba feliz porque hoy terminábamos. Le dije que sí, pero que me dolía bastante, y que venía obligada y me reí, y le presente a Diego como mi pareja, que él quería cerciorarse que me iba a poner la inyección que si había algún problema que el entrara conmigo. Marlen se rio, y comento que era muy desconfiado, pero que no había problema, solo que el lugar era muy chico, pero ahí mirábamos como nos acomodábamos, y no recordaba que el lugar era estrecho, donde cómodamente solo cabían dos personas una de ellas acostada en la camilla.

Diego sonrió, le brillaron los ojos, una sonrisa pícara se dibujó en su rostro, instintivamente sabía que una idea había cruzado por su cabeza.

Marlen al vernos a los 2 y preparar la ampolla dijo, se me ocurre que para que estemos cómodos porque no te haces aquí, y señalo hacia una esquina de la camilla y tú te acuestas y yo aquí, parecía todo muy apretado, iba abrir la boca cuando…. Diego dijo porque no mejor yo me siento con la espalda a la pared, y tu nena te acuestas en mi regazo así me aseguro de que te pinchan bien porque no querías venir, y te tuve que obligar y soltó una carcajada tan contagiosa que nos hizo reír a Marlen y a mí. Marlen dijo sí, me parece bien.

Me desabotone el pantalón y me empezaron a temblar las manos como la primera vez, me saque los zapatos y como pude me acomode mientras me bajaba el pantalón, lo hice un poco nada más, mientras de reojo observaba como terminaban de cargar la jeringa, y 3 ml se llenaron , con la aguja amenazante hacia arriba.



Me estaba acomodando encima del regazo de Diego cuando él dijo, mira nena este pantalón esta apretado, y Marlen estará de acuerdo, que si te duele tanto la cola, es mejor aflojar, esta última será un poco pesadita… así que, me bajo el pantalón hasta un poco debajo de la base de las nalgas, lo mire como .. ¿Qué haces? Es para que estés cómoda y me guiño un ojo. Me acosté, y al hacerlo Diego bajo los calzoncitos hasta la base de las nalgas mi trasero expuesto, servido para que lo pincharan, sentí un escalofrió cuando Marlen empezó a desinfectar la zona, y sin menos pincho, lo sentí, me dolió esta vez y bastante, no sé si fue que cambio la técnica, lo hizo despacio, o que cosa que me hizo brincar encima del regazo de Diego con un Ay me duele a modo de sollozo… shh lo siento, tranquila… Diego me acaricio la otra nalga muy suave, cuando empezaron a inocular el líquido, y mis quejas fueron en aumento, me dolía y bastante, ya casi, Diego me decía respira nena, Marlen me decía no aprietes, no entra el líquido, hasta que dijo, tengo que volverte a pinchar, la aguja se tapó… ante lo cual exclame.. ¿Cómo? No por favor, no más pinchazos, lo siento Mary, de verdad se tapó la aguja porque tu apretaste tan fuerte el musculo que el líquido se devolvió y tapo la aguja, tranquila que solo falta centímetro y medio. No por favor, no más pinchazos volví a repetir con la voz quebrada, dejemos así.

Ante lo cual Diego aprovecho y dijo no nena, te aguantas, es la última ya lo hablamos, no negociamos, te va a pinchar la otra nalga. Y me dio una nalgada no muy fuerte, a lo cual Marlen la muy sapa, digo muy colaboradora dijo eso, un par de palmadas ayudan a relajar el musculo, no tuvo que decir nada más y Diego me proporciono 5 palmadas de moderada intensidad rápidas, Marlen paso el algodón y pincho, me hizo volver a brincar e inyecto rapidísimo, lo cual me hizo ahogar el grito y lágrimas resbalaron por mis mejillas, al mismo tiempo en la otra nalga el medicamento hacia efecto, sentía hervir la piel, ardor, lloraba en silencio me masajeo de nuevo, y Diego termino acomodarme la ropa, me levante y cuando me vio se sorprendió, me dio un beso en la frente, y dijo ahora te hago mimos y masajes preciosa, es por tu salud.

Nos despedimos de Marlen, salimos de la farmacia yo con la cola hirviendo, ardiendo, dolorida, limpiándome las lágrimas del rostro, seria y en silencio, algo enojada. Diego me acompañaba y me pregunto que me pasaba, le conteste muy enojada, no quiero hablar nada, de nuevo con paciencia me pidió que habláramos, volví a decirle que me dolía mucho el culo, como para hablar, era la primera vez que le contestaba tan agresiva y tan grosera, se sorprendió y su instinto fue mandar la mano a la cola y darme una palmada, suave, diciendo no me hables así, y si vamos hablar y dejar las cosas claras, pero no va hacer hoy, mañana cuando estés más calmada y proceses lo que estas sintiendo tu enojo es por otra cosa. Te acompaño hasta tu casa y cuando llegues vas hacer lo siguiente, te vas a poner paños de agua tibia en los glúteos, vas a dormir un rato, y después te vas a duchar con agua caliente de manera que te relajas y quiero que, estando desnuda, pienses en todo lo que ha pasado hoy y te dejes llevar con lo que sientas y te pida tu cuerpo. Llegamos al apartamento se despidió de mí, paso por su auto y se fue, ya dormí, me duche, y  al recordar con detalle todo lo que paso el día de hoy mi cuerpo pidió que aliviara la calentura que me había invadido, al volver a escribir, siento que tengo fiebre otra vez y debo darle alivio.

La charla que tenga con Diego mañana será muy interesante.



Hasta mañana.

FIN DEL DIA 6


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