Con su semblante serio, su voz firme y pausada
sentencio, Juan me dijo que el te castigaría bajo mis instrucciones, ya que yo
tiendo a ser mas complaciente contigo, por el gran amor que te tengo, y porque
con tu carita me convences a que te rebaje el castigo o que lo olvide, asi que
para evitar esas tentaciones acepte, le dije todos tus limites, yo estaré en
esa habitación presenciando el castigo, te ayudare a desvestir, y deberás
obedecer todo lo que Juan te indique. Solo serán azotes en la cola y en los muslos,
el castigo será el fin de semana próximo.
Intente abrir la boca para preguntar el detalle
del castigo, a lo que adivinando mis pensamientos dijo: No sabrás nada del
castigo hasta ese dia, no puedes contactarte con Juan para preguntarle, lo
tienes absolutamente prohibido, de lo contrario y estas advertidas se
aumentaran el número de azotes en los muslos, una zona virgen para ti.
Estas castigada hasta el fin de semana próximo,
no habrá un castigo físico de mi parte ya que lo que te espera la próxima
semana será suficiente, aunque mi castigo para ti será el silencio, deberás
reportarte todas las noches cuando llegues de la oficina, no puedes salir con
amigos, ni siquiera al centro comercial, de ser una necesidad me pedirás
permiso.
Todos los días tu rutina será casa – oficina,
oficina-casa y al llegar no veras televisión, ni películas ni nada, estarás en
silencio reflexionando si para celebrar un logro laboral había necesidad de
embriagarse, antes de acostarte me enviaras un whatsaap diciéndome que me pides
perdón y que aceptas el castigo agradecida.
Al escuchar estas palabras mis ojos se
humedecieron, unas cuantas lagrimas rodaron por mi mejilla, no me dolía tanto
el castigo físico como si, que un amigo de mi Spanker me castigara, además del
silencio por parte de David, eso si que era un castigo.
La semana paso yo obedeciendo las instrucciones
de David, cada vez me sentía más pequeña y en el medio tuve una que otra
conversación con Juan preguntándome que implementos o juguetes tenia yo, para
llevarlos a mi castigo, Juan es un hombre amable, simpático y muy caballeroso,
y aunque me inspiraba confianza, tenía la
tentación de preguntarle, preferí abstenerme recordando la advertencia
de David.
Llego el fin de semana, estaba inquieta mis
nervios a flor de piel, estaba en un estado de sensibilidad que cualquier cosa
me haría llorar, Recibí dos mensajes 1 de de David y otro de Juan, donde Juan
me solicitaba que llevara la regla de madera y el cepillo. Y David diciendo que
me pasaba a buscar a las 5 de la tarde, que antes de salir estuviera recién bañada
y perfumada, que me pusiera el conjunto de ropa interior que el me había
regalado, que llevara la falda suelta que a él tanto le gustaba, cabello
recogido en dos colitas, maquillaje sutil, los zapatos planos que juntos
habíamos comprados y la blusa que le hacía juego a la falda.
Cuando estuve lista para salir, tal cual se me
había indicado me sentía muy nerviosa, mi corazón latía con fuerza, jamás había
experimentado un castigo asi, y proporcionado por alguien que no fuera mi
Spanker.
David fue muy puntual al recogerme, y por
primera vez sonrió desde nuestro último encuentro, yo solo lo miraba con cara
de tristeza y vergüenza, me pregunto
cómo estaba y se me quebró la voz, pidiéndole perdón una vez más. Solo me
abrazo fuertemente y dijo quiero que estés tranquila pequeña mía, nada te va a
pasar confía en mí, es tu castigo sí, pero yo estaré ahí para asegurarme que no
te harán daño, no más del que tú necesitas.
Se fue conduciendo en silencio y de vez en
cuando me miraba y sonreía tratando de infundirme seguridad y tranquilidad, al
fin llegamos al sitio destinado, una casa enorme con varias habitaciones, de
imagen elegante y sobria pero muy antigua, todo estaba en silencio y totalmente
limpio ni una pizca de polvo por ningún lado.
Tocamos la puerta y un mayordomo serio de punta
en guante, nos abrió, y dijo a usted es el Señor David, la Señora Adriana y el
Señor Juan los están esperando, y se dio la vuelta cuando para mi sorpresa toda
su parte trasera estaba desnuda, al fijarme note sus nalgas y muslos estaban
rojas, con marcas de vara y algunos hematomas que ya se desvanecían… en ese
momento mi ansiedad se disparo, sentí un leve mareo, mi corazón latía como si
se fuera a salir del pecho, pensé que me desmayaría, y que David no se daría
cuenta, pero para mi sorpresa estaba atento de mi, volvió abrazarme y se sentó
en un sofá cercano, sentándome en su regazo, al tiempo que pedía un vaso de
agua con azúcar.
Me acunaba diciendo que me tranquilizara, que
era libre de usar la palabra de seguridad si yo lo consideraba necesario, que
ante todo la prioridad era mi seguridad. Que él y Juan sabían hasta donde
podían llegar, que solo era un castigo y después todo quedaría olvidado y
volveríamos a la normalidad esa misma noche.
En esos momentos llego Juan y se sorprendió de
la escena, a lo cual David solo le dijo es una persona muy nerviosa y se le
bajo la presión, además de un pequeñísimo problema cardiaco que tiene, a lo
cual Juan sonrió y me dio la mano apretándola con seguridad y diciendo es un
gusto conocerte, quiero que te quedes tranquila. Ahora si no te encuentras bien
de salud, podemos posponer el castigo. Ver su sonrisa y sentir los cuidados de
David, me llenaron de confianza a lo cual dije no, estoy bien.
Vamos les enseño la casa, y nos conto la
historia que era un club muy selecto para practicantes del BDSM, los vidrios
eran de seguridad, nadie podía ver hacia adentro, y eran a pruebas de ruido, la
gente podía ir a Sesionar previo acordar cita, además de informar las practicas
que se harían, y las demás reglas de tal sitio. A su vez me presentaron a
Adriana la dueña de la casa y socia fundadora de ese club, una mujer seria,
elegante pero muy amable, se percibía esa dualidad de dulzura con firmeza.
Después de todo esto me condujeron a una
habitación espaciosa, cuyos colores eran cortinas color lila y violeta con
tules, alfombra impecablemente blanca que sería cubierta con una protección de
plástico, una cama con barrotes en cada una de sus esquinas y volados en el techo.
Amplia y se veía comoda, pero lo que más me llamo la atención fue ver un potro.
Y una silla común de madera.
Mientras detallaba la habitación, escuche la
voz de Juan preguntándome cuales eran mis palabras de seguridad, afirmando cada
uno de mis limites que incluían no humillaciones verbales ni psicológicas y una
serie de preguntas para estar seguro de comenzar, además de afirmando que David
estaría presente desde el momento 1 y que si David lo consideraba necesario, el
detendría la sesión. Ademas de pedirme que le entregara la regla y el cepillo.
Después de lo que me pareció eterno, se sentó
en la silla y me dijo ven aquí vamos a
pensar con un calentamiento de las zonas, asi que David me llevo de la mano
hasta donde estaba Juan y me ayudo a comodar en el regazo de Juan, acomodando
mi cadera para que tuviera acceso a mi cola y muslos, y empezaron los azotes
por encima de la falda de manera fuerte y pausada, calentando los glúteos, y
uno que otro azote en los muslos empezaba a picar sus manos eran pesadas,
después de lo que fueron varios azotes levanto la falda dejando mis bombachas a
la vista que eran similares a las de una nena, y continuo con sus manos, paro
un momento y luego sentí azotes mas fuertes ahora era el cepillo el que
golpeaba mi piel me hacia gemir, y uno que otro cepillazo cayó sobre mis muslos
y fue cuando empece a moverme porque picaba y dolía.
Ahora levántate, inquirió, David se acerco y me
ayudo a levantarme, y posteriormente empezó a desvestirme delante de David, me
quito la ropa y solo me dejo en ropa interior, a lo cual Juan dijo, la bombacha
tampoco la va a necesitar, y con esto David de un solo tiron bajo mi bombacha
hasta los tobillos dejándome totalmente desnuda ante Juan, solo que lo único que
no me quito fue el corpiño.
Me acaricio un rato las nalgas y después me
puso sobre el regazo de Juan, quien continuo con la regla de madera, azotes
fuertes en cada una de mis nalgas, después las alternaba, cada azote dejaba una
pequeña huella, de rosado suave a intenso y posterior rojo, en un momento solo
designo la regla azotar mis muslos cosa que me hizo gritar y sollozar, a pedir perdón
y suplicar porque el castigo se suspendiera.
Después de muchos azotes en los cuales perdí la
cuenta, nuevamente paro y acaricio suavemente mi cola y muslos dejo una pausa
de 5 minutos, después me mando al rincón con las manos en la cabeza y muy
pegada la pared mientras el y David se tomaban un café, mientras estaba en el rincón
hablaban de cómo tenia el trasero rojo, que debería darme vergüenza.
Posteriormente me pidió que acostara en la cama
con un almohadón bajo mi vientre, dejando mi cola en pompa y lista para recibir
mas azotes, los cuales fueron proporcionados con un flogger fueron muy pocos y
solo en los glúteos, para los muslos volvió a utilizar sus manos pesadas.
A estas alturas solo lloraba, y no podía detenerme,
sollozaba entre espamos pidiendo perdón y teniendo la palabra de seguridad en
la punta de la lengua, hasta que Juan sentencio queda muy poco, el castigo que queda son azotes con el cinto y
con la vara si David lo autoriza…
La vara no, murmure, a lo cual Juan con voz
firme y decida dijo, no estas en capacidad de protestar, eso no lo decides tu,
yo me hago cargo de tu castigo y David… David que opinas? David me miro, toco
mi trasero, y dijo la vara NO, no hoy.
Ok dijo Juan solo queda el cinto entonces, y el
aftercare queda a cargo de tu Spanker, suspire aliviada aunque mi cola y muslos
hervían y la piel cada vez mas sensible,
al final me hizo apoyarme en la silla y dijo supongo que tomaste al menos 10
copas verdad? Le dije no se, no recuerdo Juan. Ok asumo que fueron 10 asi que serán 10
cintazos, y los contaras.
Escuche como se quitaba el cinto, el ruido que
hacia al salirse de la cinturilla del pantalón, y pasar ese cinto por la piel
sensible por lo cual no pude evitar sobresaltarme y sollozar. Al final al
retirar el cinto de mi piel, contaba micro segundos hasta que el cinto besara
mi piel a lo cual solo grite unoooooooo. Y asi siguieron los primeros 5
espaciados, y los últimos 5 muy rapidos con lo cual solo lloraba y terminar con
un diiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeeeeeezzzzzzzzzzz.
Al terminar solo pude desplomarme de rodillas
en el suelo llorando sin poder parar, donde David y Juan con mucha delicadeza
me ayudaron a levantarme y acostarme en la cama bocabajo mientras Juan aplicaba
una cantidad generosa de crema sobre mis nalgas, David solo besaba mi cabello,
acariciaba mi espalda, y al oído muy bajito decía lo mucho que me amaba, que el
castigo había terminado, cuando Juan termino de aplicar la crema, la cual se absorbió
en segundos, nos dejo solos a David y a mi en esa habitación.
David siguió en el aftercare, recorriendo con
sus dedos mi sexo, comprobando la humedad, asi que se dedico a relajarme con
los dedos su mano derecha y con su mano izquierda apretujaba mis senos,
mientras daba unos largos besos, cuando estuve a punto de llegar se detuvo,
diciendo que no era un final feliz, era un castigo y que solo quería aliviar mi
estrés, luego me llevo al baño, donde tenía preparada la tina con espuma y
sales relajantes, tratando de aliviar mi dolor, dándome un ibuprofeno.
Me dejo dormir un rato y una hora mas tarde me despertó
me ayudo a vestir dándome un beso diciendo el castigo termino, todo esta
perdonado y olvidado. Luego de vestirme salimos a la sala donde encontramos a
Juan y Adriana, y nos despedimos, Juan se despidió dándome un abrazo fuerte,
calido y sincero, y al mismo tiempo un beso en la frente diciéndome pórtate bien,
no quisiera volver a castigarte por orden de David jajajaja.
Salimos rumbo a mi casa, donde pasamos la
velada viendo una película para luego
dormir juntitos ya que mañana seria otro día.
FIN
muy buena historia me mantuvo pegada menos mal que cuando empece a leerla ya estaban las dos partes si no me habría pasado intrigada gracias lady curiosa muy buena historia me encanto.
ResponderBorrartaby
Gracias por pasar Taby. Me alegra que te haya gustado.
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