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viernes, 6 de febrero de 2015

AQUELLA BORRACHERA CONTINUACION (RELATO)




Con su semblante serio, su voz firme y pausada sentencio, Juan me dijo que el te castigaría bajo mis instrucciones, ya que yo tiendo a ser mas complaciente contigo, por el gran amor que te tengo, y porque con tu carita me convences a que te rebaje el castigo o que lo olvide, asi que para evitar esas tentaciones acepte, le dije todos tus limites, yo estaré en esa habitación presenciando el castigo, te ayudare a desvestir, y deberás obedecer todo lo que Juan te indique. Solo serán azotes en la cola y en los muslos, el castigo será el fin de semana próximo.

Intente abrir la boca para preguntar el detalle del castigo, a lo que adivinando mis pensamientos dijo: No sabrás nada del castigo hasta ese dia, no puedes contactarte con Juan para preguntarle, lo tienes absolutamente prohibido, de lo contrario y estas advertidas se aumentaran el número de azotes en los muslos, una zona virgen para ti.

Estas castigada hasta el fin de semana próximo, no habrá un castigo físico de mi parte ya que lo que te espera la próxima semana será suficiente, aunque mi castigo para ti será el silencio, deberás reportarte todas las noches cuando llegues de la oficina, no puedes salir con amigos, ni siquiera al centro comercial, de ser una necesidad me pedirás permiso.

Todos los días tu rutina será casa – oficina, oficina-casa y al llegar no veras televisión, ni películas ni nada, estarás en silencio reflexionando si para celebrar un logro laboral había necesidad de embriagarse, antes de acostarte me enviaras un whatsaap diciéndome que me pides perdón y que aceptas el castigo agradecida.

Al escuchar estas palabras mis ojos se humedecieron, unas cuantas lagrimas rodaron por mi mejilla, no me dolía tanto el castigo físico como si, que un amigo de mi Spanker me castigara, además del silencio por parte de David, eso si que era un castigo.

La semana paso yo obedeciendo las instrucciones de David, cada vez me sentía más pequeña y en el medio tuve una que otra conversación con Juan preguntándome que implementos o juguetes tenia yo, para llevarlos a mi castigo, Juan es un hombre amable, simpático y muy caballeroso, y aunque me inspiraba confianza, tenía la  tentación de preguntarle, preferí abstenerme recordando la advertencia de David.

Llego el fin de semana, estaba inquieta mis nervios a flor de piel, estaba en un estado de sensibilidad que cualquier cosa me haría llorar, Recibí dos mensajes 1 de de David y otro de Juan, donde Juan me solicitaba que llevara la regla de madera y el cepillo. Y David diciendo que me pasaba a buscar a las 5 de la tarde, que antes de salir estuviera recién bañada y perfumada, que me pusiera el conjunto de ropa interior que el me había regalado, que llevara la falda suelta que a él tanto le gustaba, cabello recogido en dos colitas, maquillaje sutil, los zapatos planos que juntos habíamos comprados y la blusa que le hacía juego a la falda.

Cuando estuve lista para salir, tal cual se me había indicado me sentía muy nerviosa, mi corazón latía con fuerza, jamás había experimentado un castigo asi, y proporcionado por alguien que no fuera mi Spanker.

David fue muy puntual al recogerme, y por primera vez sonrió desde nuestro último encuentro, yo solo lo miraba con cara de tristeza y vergüenza,  me pregunto cómo estaba y se me quebró la voz, pidiéndole perdón una vez más. Solo me abrazo fuertemente y dijo quiero que estés tranquila pequeña mía, nada te va a pasar confía en mí, es tu castigo sí, pero yo estaré ahí para asegurarme que no te harán daño, no más del que tú necesitas.

Se fue conduciendo en silencio y de vez en cuando me miraba y sonreía tratando de infundirme seguridad y tranquilidad, al fin llegamos al sitio destinado, una casa enorme con varias habitaciones, de imagen elegante y sobria pero muy antigua, todo estaba en silencio y totalmente limpio ni una pizca de polvo por ningún lado.

Tocamos la puerta y un mayordomo serio de punta en guante, nos abrió, y dijo a usted es el Señor David, la Señora Adriana y el Señor Juan los están esperando, y se dio la vuelta cuando para mi sorpresa toda su parte trasera estaba desnuda, al fijarme note sus nalgas y muslos estaban rojas, con marcas de vara y algunos hematomas que ya se desvanecían… en ese momento mi ansiedad se disparo, sentí un leve mareo, mi corazón latía como si se fuera a salir del pecho, pensé que me desmayaría, y que David no se daría cuenta, pero para mi sorpresa estaba atento de mi, volvió abrazarme y se sentó en un sofá cercano, sentándome en su regazo, al tiempo que pedía un vaso de agua con azúcar.

Me acunaba diciendo que me tranquilizara, que era libre de usar la palabra de seguridad si yo lo consideraba necesario, que ante todo la prioridad era mi seguridad. Que él y Juan sabían hasta donde podían llegar, que solo era un castigo y después todo quedaría olvidado y volveríamos a la normalidad esa misma noche.

En esos momentos llego Juan y se sorprendió de la escena, a lo cual David solo le dijo es una persona muy nerviosa y se le bajo la presión, además de un pequeñísimo problema cardiaco que tiene, a lo cual Juan sonrió y me dio la mano apretándola con seguridad y diciendo es un gusto conocerte, quiero que te quedes tranquila. Ahora si no te encuentras bien de salud, podemos posponer el castigo. Ver su sonrisa y sentir los cuidados de David, me llenaron de confianza a lo cual dije no, estoy bien.

Vamos les enseño la casa, y nos conto la historia que era un club muy selecto para practicantes del BDSM, los vidrios eran de seguridad, nadie podía ver hacia adentro, y eran a pruebas de ruido, la gente podía ir a Sesionar previo acordar cita, además de informar las practicas que se harían, y las demás reglas de tal sitio. A su vez me presentaron a Adriana la dueña de la casa y socia fundadora de ese club, una mujer seria, elegante pero muy amable, se percibía esa dualidad de dulzura con firmeza.

Después de todo esto me condujeron a una habitación espaciosa, cuyos colores eran cortinas color lila y violeta con tules, alfombra impecablemente blanca que sería cubierta con una protección de plástico, una cama con barrotes en cada una de sus esquinas y volados en el techo. Amplia y se veía comoda, pero lo que más me llamo la atención fue ver un potro. Y una silla común de madera.

Mientras detallaba la habitación, escuche la voz de Juan preguntándome cuales eran mis palabras de seguridad, afirmando cada uno de mis limites que incluían no humillaciones verbales ni psicológicas y una serie de preguntas para estar seguro de comenzar, además de afirmando que David estaría presente desde el momento 1 y que si David lo consideraba necesario, el detendría la sesión. Ademas de pedirme que le entregara la regla y el cepillo.

Después de lo que me pareció eterno, se sentó en la silla y me dijo ven aquí  vamos a pensar con un calentamiento de las zonas, asi que David me llevo de la mano hasta donde estaba Juan y me ayudo a comodar en el regazo de Juan, acomodando mi cadera para que tuviera acceso a mi cola y muslos, y empezaron los azotes por encima de la falda de manera fuerte y pausada, calentando los glúteos, y uno que otro azote en los muslos empezaba a picar sus manos eran pesadas, después de lo que fueron varios azotes levanto la falda dejando mis bombachas a la vista que eran similares a las de una nena, y continuo con sus manos, paro un momento y luego sentí azotes mas fuertes ahora era el cepillo el que golpeaba mi piel me hacia gemir, y uno que otro cepillazo cayó sobre mis muslos y fue cuando empece a moverme porque picaba y dolía.

Ahora levántate, inquirió, David se acerco y me ayudo a levantarme, y posteriormente empezó a desvestirme delante de David, me quito la ropa y solo me dejo en ropa interior, a lo cual Juan dijo, la bombacha tampoco la va a necesitar, y con esto David de un solo tiron bajo mi bombacha hasta los tobillos dejándome totalmente desnuda ante Juan, solo que lo único que no me quito fue el corpiño.

Me acaricio un rato las nalgas y después me puso sobre el regazo de Juan, quien continuo con la regla de madera, azotes fuertes en cada una de mis nalgas, después las alternaba, cada azote dejaba una pequeña huella, de rosado suave a intenso y posterior rojo, en un momento solo designo la regla azotar mis muslos cosa que me hizo gritar y sollozar, a pedir perdón y suplicar porque el castigo se suspendiera.

Después de muchos azotes en los cuales perdí la cuenta, nuevamente paro y acaricio suavemente mi cola y muslos dejo una pausa de 5 minutos, después me mando al rincón con las manos en la cabeza y muy pegada la pared mientras el y David se tomaban un café, mientras estaba en el rincón hablaban de cómo tenia el trasero rojo, que debería darme vergüenza.

Posteriormente me pidió que acostara en la cama con un almohadón bajo mi vientre, dejando mi cola en pompa y lista para recibir mas azotes, los cuales fueron proporcionados con un flogger fueron muy pocos y solo en los glúteos, para los muslos volvió a utilizar sus manos pesadas.

A estas alturas solo lloraba, y no podía detenerme, sollozaba entre espamos pidiendo perdón y teniendo la palabra de seguridad en la punta de la lengua, hasta que Juan sentencio queda muy poco,  el castigo que queda son azotes con el cinto y con la vara si David lo autoriza…

La vara no, murmure, a lo cual Juan con voz firme y decida dijo, no estas en capacidad de protestar, eso no lo decides tu, yo me hago cargo de tu castigo y David… David que opinas? David me miro, toco mi trasero, y dijo la vara NO, no hoy.

Ok dijo Juan solo queda el cinto entonces, y el aftercare queda a cargo de tu Spanker, suspire aliviada aunque mi cola y muslos  hervían y la piel cada vez mas sensible, al final me hizo apoyarme en la silla y dijo supongo que tomaste al menos 10 copas verdad? Le dije no se, no recuerdo Juan.  Ok asumo que fueron 10 asi que serán 10 cintazos, y los contaras.

Escuche como se quitaba el cinto, el ruido que hacia al salirse de la cinturilla del pantalón, y pasar ese cinto por la piel sensible por lo cual no pude evitar sobresaltarme y sollozar. Al final al retirar el cinto de mi piel, contaba micro segundos hasta que el cinto besara mi piel a lo cual solo grite unoooooooo. Y asi siguieron los primeros 5 espaciados, y los últimos 5 muy rapidos con lo cual solo lloraba y terminar con un diiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeeeeeezzzzzzzzzzz.

Al terminar solo pude desplomarme de rodillas en el suelo llorando sin poder parar, donde David y Juan con mucha delicadeza me ayudaron a levantarme y acostarme en la cama bocabajo mientras Juan aplicaba una cantidad generosa de crema sobre mis nalgas, David solo besaba mi cabello, acariciaba mi espalda, y al oído muy bajito decía lo mucho que me amaba, que el castigo había terminado, cuando Juan termino de aplicar la crema, la cual se absorbió en segundos, nos dejo solos a David y a mi en esa habitación.

David siguió en el aftercare, recorriendo con sus dedos mi sexo, comprobando la humedad, asi que se dedico a relajarme con los dedos su mano derecha y con su mano izquierda apretujaba mis senos, mientras daba unos largos besos, cuando estuve a punto de llegar se detuvo, diciendo que no era un final feliz, era un castigo y que solo quería aliviar mi estrés, luego me llevo al baño, donde tenía preparada la tina con espuma y sales relajantes, tratando de aliviar mi dolor, dándome un ibuprofeno.

Me dejo dormir un rato y una hora mas tarde me despertó me ayudo a vestir dándome un beso diciendo el castigo termino, todo esta perdonado y olvidado. Luego de vestirme salimos a la sala donde encontramos a Juan y Adriana, y nos despedimos, Juan se despidió dándome un abrazo fuerte, calido y sincero, y al mismo tiempo un beso en la frente diciéndome pórtate bien, no quisiera volver a castigarte por orden de David jajajaja.

Salimos rumbo a mi casa, donde pasamos la velada viendo una  película para luego dormir juntitos ya que mañana seria otro día.


FIN

2 comentarios:

  1. muy buena historia me mantuvo pegada menos mal que cuando empece a leerla ya estaban las dos partes si no me habría pasado intrigada gracias lady curiosa muy buena historia me encanto.


    taby

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