Este relato es muy especial para mí, fue el primero que escribí por allá en el 2011 y su primera publicación fue en un foro que se llamaba Bajate los Pantalones BLP, bajo el pseudónimo de Curiosa. Este relato tiene una continuación con dos partes más, pero no estoy segura de publicarlos. Déjenme saber en los comentarios si les interesa leer un poco más de esta historia.

Todo comenzó una noche
al llegar a mi apartamento después de un día muy extenuante en la oficina, era
la época de elaboración de presupuesto para el siguiente año, esto hacía que
las jornadas de trabajo fueran muy largas y extenuantes, llegaba alrededor de
la medianoche a casa, después de haber parqueado el carro me dirigí hacia el
ascensor y vi que las puertas se estaban cerrando entonces alcance a ver una
persona dentro de él y grite por favor
espere, esta persona sostuvo la puerta del ascensor y cuando llegue me di
cuenta que la persona que había visto era un médico por el uniforme, además por el logo que tenía en
este, supe que era médico de urgencias del hospital universitario (reconocí el
logo, en esa universidad había estudiado yo).
Solo le dije buenas noches y gracias a lo que él me contesto con una
sonrisa y añadió son Buenos días, ya son las 12:10 a.m. me sonreí y dije si
tienes razón.
Me bajé en mi piso y él
continuo en el ascensor, y pensé no sabía que teníamos médico en el edificio,
me reía sola, porque mi imaginación empezó a revolotear con lo que esto
significaba y mi particular gusto sobre ciertos temas.
Varios días
continuaron así, nos encontrábamos más o menos a la misma hora unos minutos más
temprano y otros más tarde charlábamos en el ascensor y me entere que vivía
exactamente un piso más arriba, que llevaba varios años como jefe de urgencias
del hospital universitario y así nos fuimos haciendo amigos siempre bromeábamos
sobre la universidad, los vecinos y de nuestros trabajos yo le decía mis
errores se pueden corregir, reversar, ajustar los tuyos son más complicados de
solucionar.
Debido a las
extenuantes jornadas, el stress del trabajo, una dieta no muy balanceada, los
cambios de clima y las pocas horas de sueño, empecé a debilitarme, me sentía
mal, completamente desganada, y supremamente agotada, hasta que un buen día
amanecí completamente disfonía, tenía tos, malestar general y un poco de fiebre
pero no le di mucha importancia y así me fui a trabajar dure dos días en este
estado sin seguir dándole importancia, además hacia como 4 días no me cruzaba
con el doc., hasta esa noche, cuando me encontré con él.
Al saludarme, intente
hablar pero ni un poquito de voz salió, así que solo sonreí y lo salude con la
mano, el muy serio me pregunto ¿hace cuanto estas así? y con señas le indique
que 2 días, a lo que contesto, ¿ya te vio un médico?, menee la cabeza indicándole
que no, inútilmente trataba de hablar pero nada salía, para decirle que no se
preocupara, que yo me sentía bien, el como si me hubiera leído mi pensamiento
me dijo, eso que tienes puede ser muy serio, toco mi frente y estaba algo
caliente, me dijo con cierto tono de enfado en su voz, tomate una aspirina y mañana
a primera hora bajo a tu apartamento y te reviso, NO puedes ir a trabajar.
Esto me dejo muy
nerviosa, ansiosa, etc. además con insomnio con el tema de la revisión y
consulta de tan especial Doctor.
Muy a las 7 a.m.
tocaron el timbre yo ya estaba despierta y arreglada, tenía toda la intención
de irme a trabajar, no quería quedarme en casa de pensar, primero que estaría
sola todo el día y segundo pues todo el trabajo que se acumularía a mi regreso,
cuando abrí la puerta era el, con un maletín en la mano, pero sin su uniforme,
pero si con una bata blanca a penas me vio me dijo no pensaras ir a trabajar ¿o
sí? Estas incapacitada, no te preocupes yo te hago la certificación por
enfermedad, me pregunto como seguía, y yo todavía sin ningún atisbo de voz le
indicaba con señas que estaba bien e inmediatamente le ofrecí una taza de café
recién preparado me dijo gracias pero no tomo café, además tu deberías estar en
cama esperando a que yo te revise, este comentario me puso muy nerviosa entre
otras cosas, a continuación, me dijo quiero que te cambies y te pongas algo cómodo,
préstame por favor tu celular que mientras tú te cambias yo le mandó un mensaje
de texto a tu jefe diciéndole que no vas a ir a trabajar que estas en licencia
de enfermedad por orden médica y que vía correo electrónico le envías copia de
la incapacidad.
Al ver lo serio que
estaba solo obedecí, me cambie a la velocidad de la luz y justamente cuando
termine de hacerlo él entro en mi habitación y el examen y revisión comenzó, me
tomo la presión, escucho los latidos de mi corazón, reviso mi respiración,
examino mi garganta, mis oídos etc., etc., cuando pensé que había terminado con
la revisión me dijo ahí se me olvidaba debo tomar tu temperatura, que anoche
estabas con fiebre, esbozo una sonrisa, me mostró el termómetro y yo abrí mi
boca, el solo me dijo con una amplia sonrisa no por ahí no es por favor date la
vuelta curiosita que este termómetro ira en tu trasero; al oír esto mis ojos se
abrieron por completo enrojecí de inmediato, y pronto me puse muy pálida. Entré
en una especie de trance de todo lo que sentía, los nervios, la ansiedad, el
morbo todo en un instante, el solo me decía tranquila es el método más fiable y
preciso de todos, será un momentito nada más… anda ponte bocabajo, finalmente
accedí baje el pantalón de mi pijama y después mi ropa interior dejando
completamente descubiertas mis nalgas, introdujo el termómetro lo dejo unos
minutos y al cabo de este tiempo miro y me dijo.. Umm esto no me gusta tienes
fiebre, ya te puedes vestir.
Ya terminada la revisión
con voz enfadada me decía: Es el colmo “Curiosa” tienes la laringe
completamente inflamada además uno de tus pulmones está muy comprometido tienes
una infección en los bronquios muy fea y tu como si nada no le das importancia
y te vas a trabajar, bla, bla, bla.
Después de tan largo
argumento y regaño saco su recetario y me dijo: Mi querida curiosa he de
recetarte de manera inmediata y urgente 2 medicamentos ambos son
inyectables IM y deben ser administrados
hoy así que yo mismo te los aplicare como buen vecino que soy, considérate con
suerte mujer porque hoy es mi día de
descanso, y no es por alardear pero me han dicho que tengo muy buena mano
jejeje y aunque mis errores son más complicados de solucionar a veces tienen
ciertas ventajas que el tuyo no ofrece.
Me hizo un guiño bastante coqueto. Yo solo seguía inmóvil en un trance y
completa incredulidad de todo lo que algún día pensé, se estaba haciendo
realidad.
Préstame el teléfono
linda y ya llamo a la farmacia para que me traigan a domicilio los
medicamentos, asentí con la cabeza y empezó a marcar luego escuche su
conversación con el farmaceuta creo yo y le dijo si necesito una ampolleta de este
medicamento y un antibiótico de 2.400 unidades, si por favor y las respectivas
jeringas, no, no se preocupe que yo seré quien las inyecte al escuchar las
palabras antibiótico solo quise gritar, pero no podía, mis ojos imploraron
misericordia y mi rostro solo denotaba angustia. Al verme en un estado de
nervios total, solo sonrió y me dijo, tranquilízate preciosa, tienes que
relajarte o sino te dolerá una barbaridad. Ya verás que en un momento pasa todo
esto, trata de relajarte ¿bueno? Además, sí que eres afortunada seré yo quien
te pique las pompitas, y te las pondré con mucho cariño.
A pesar de que trataba
de tranquilizarme no podía lograrlo a medida que pasaba el tiempo solo estaba más
nerviosa y otras sensaciones de por medio, me pregunto donde guardaba el
alcohol y el algodón y le indique a través de señas donde estaban guardadas,
las encontró y las puso encima de la mesa de noche justo al lado de la cama.
Pasaron 10 eternos
minutos y sonó el citófono, mi corazón se aceleró, pensé llego el de la
farmacia, llego el momento de la verdad, el atendió la llamada sí que suba,
finalmente llego el mensajero recibió los medicamentos, pago y lo despidió.
Entro nuevamente a mi
habitación y me dijo empezare con la
ampolla del medicamento que había solicitado y comenzó a preparar la inyección
enfrente mío, vi como rompía el cuello de la ampolla y llenaba la jeringa con
aquel liquido los respectivos golpecitos en la jeringa hasta que una gota salio
de la aguja y me dijo bueno princesa ya la primera esta lista, prepárate para
tus dos inyecciones así que ponte bocabajo y bájate los pantalones de la
pijamita, lo mire a los ojos tratando de ganar un poco más de tiempo pero solo
me dijo “al mal paso darle prisa”.
No me quedo otra sino
hacer lo que me indicaba, él se acercó a mí, se sentó en la cama y con toda la
calma del mundo bajo mi ropa interior dejando al descubierto por completo las
nalguitas, al oído me pregunto donde quieres que te la ponga y con la mano le
señale la derecha acto seguido escondí mi cabeza entre los brazos, y comenzó el
ritual empezó a frotar el algodón sobre mi piel, dio 4 golpecitos fuertes y rápidos
e inmediatamente clavo la aguja, no sentí el pinchazo, me dijo ya tienes la
aguja ahora empezare a inyectar el medicamento ponte flojita por favor, al
decir esto empezó a inocular de manera lenta me ardía y dolía, pero pensaba que
esto no era nada con lo que seguía después, el solo me decía shhhhhh tranquila
ya casi acabamos falta muy poco, finalmente saco la aguja y masajeo con el
algodón.
Ahora mientras
esperamos 3 minutitos, voy a prepararla la otra y tratando de aliviar la tensión
jocosamente me dijo no te vayas a ir. No me hizo ninguna gracia este
chascarrillo y no tenía como hacérselo saber.
Me quede inmóvil
bocabajo con las nalgas desnudas tratando de sobrellevar el dolor mientras el
preparaba la segunda inyección, temblaba de nervios, placer, y sobre todo
estaba muy ansiosa porque yo se cuan dolorosa es, de reojo veía como introducía
la aguja en el frasquito con agua para la inyección hasta que llenaba la
jeringa, después como introducía esta agua en el frasquito de polvitos blancos
y mezclaba los polvitos con el agua,
enseguida como agitaba el frasquito, con mucha agilidad y precisión, en ese
momento ya no quise mirar más y enterré mi cabeza en la almohada, sentí como se
me acerco, paso una mano por mi espalda y me dijo quiero que trates de estar
muy relajada, no tensiones ni aprietes el músculo ¿OK?, bonita.
Nuevamente paso el
algodón en la pompa izquierda y la froto con movimientos circulares, los mismos
golpecitos de antes y clavo la aguja muy rápida y como la anterior no la sentí,
volvió a decirme la aguja ya está adentro, deberé inyectarte un poco más rápido
porque o sino se cristalizara y será peor y en ese instante empezó a inyectar
tan viscoso y denso medicamento cada vez me ardía más y más, quería gritar pero
mi voz no respondía, el dolor era insoportable trataba de no moverme y estar
relajada pero me costaba mucho trabajo, al mismo tiempo el solo me decía con
voz cariñosa al oído, tranquilízate, relájate ya casi terminamos linda, cuenta
mentalmente hasta 10 yo solo me quejaba en silencio y lágrimas caían sobre mis
mejillas por tan horrible dolor que se extendía por toda mi pierna, finalmente
termino, retiro la aguja y empezó a masajearme con el algodoncito, hemos
terminado hermosa.
Me subió la ropa, seco
mis lágrimas y al mismo tiempo en un tono paternal me decía ves lo que te pasa
Curiosita por descuidarte y andar solamente trabajando y pensando en
presupuestos que ni siquiera son tuyos, pero no te preocupes que yo te cuidare
y te inyectare cuantas veces sea necesario, ¡¡para eso somos VECINOS!!
Y ese fue el comienzo
de una muy interesante amistad.
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Parte 2