FINAL
Donde estas perdón?
- Pareces nueva Anita, que no sabes que no tengo hora de regreso.
- Tardas mucho, tengo que coger la mochila de la niña, ayer se la dejo.
- Pues no la vi. Bueno ya llego....
Ana estaba en la puerta como una carabina, señalándome el reloj.
- Cada vez se te hacen más cortas las noches jaja ja.
Entramos y buscamos la mochila, Ana salio de la habitación con ella.
Vaya dos desastres que estáis hechos, debajo de la cama.
- Vale, claro que la cambie ahí, que tenia patinaje.
- Y esto?
Señalo unas velas que tenía sobre la mesa y unas herramientas.
- No nada, hoy es el cumpleaños de Sara y le estoy preparando una sorpresa.....cosas mías.
- Jajaja y se puede saber que es.....- se quedo mirándome a los ojos y río - huy esa sonrisa.....casi mejor no quiero saberlo jajaja.
Estaba guapísima con ese vestido que estrenaba, se la ve tan feliz, casi me tengo que enfadar con ella porque quería abrir la caja con el regalo que había traído, estaba nerviosa como una niña pequeña el día de reyes.
- Pero por que no puedo abrirlo , es mi regalo no. Me hacía reír con los morritos que ponía, parecía mas niña todavía, además con el recogido que se había hecho en el pelo, estaba para comérsela.
- Pues me viene perfecto un masaje ahora - me comentaba mientras se acomodaba sobre la mesa, se había quitado la ropa y estaba solo con las braguitas. La fui masajeando despacio, suave la espalda, llegando y haciendo hincapié en la nuca, con mucha delicadeza, deslice sus braguitas por sus infinitas piernas hasta quitárselas, las doble con cuidado y las puse junto con su ropa, ahora le masajeaba su culete y también sus piernas, y disfruto especialmente el tiempo que le dedique a los pies.
- Me vas a enviciar con tus masajes....
- ¿Tambien?
- Jajaja
- Señorita, vamos con la última....
- Nooo, sigue con el masajito....
- Ya esta, ahora te voy a pinchar - Le dije dándole un sonoro azote. Se sorprendió cuando le estaba dibujando en su nalga.
- Que haces? Me hace cosquillas - dijo divertida
Desabroche mi cinturón y cambió su semblante cuando lo vio deslizarse por las presillas del pantalón.
- Como se te ocurra girarte a mirar, probaras el cinturón hasta que te deje el culo bien morado.
Asintió con la cabeza segura de que cumpliría la amenaza. Ya estaba nerviosa, con miedo, pero a la vez con ganas de descubrir que le tenía preparado. Seguí dibujando.
- Que no te muevas - le ordene.
- Me haces cosquillas - objetó con voz nerviosa.
Prepare la inyección. Volvió a sobre saltarse al oír como rompía el cuello de la ampolleta. Aplique el alcohol en su nalguita y esta vez sin separar la jeringa, clave la aguja con firmeza.
Apretó los puños y tenso las nalgas, dolió, le masajee la espalda y note como se relajaba, fui inoculando el nolotil suavemente, no quería que le doliese demasiado, sus puños se habrían despacio y mi mano le seguía produciendo escalofríos en la espalda. El émbolo llego al final de su recorrido, separe la jeringuilla pero le deje la aguja clavada.
- Sobre todo no te muevas!!
Me quiso preguntar, pero no se atrevió. Saqué unas agujas que traía ya preparadas y se las insertaba en sus nalgas intercalando una en cada lado.
- Duele augh.
Le insertaba rítmicamente las agujas, por lo que ya preveía y tensaba el culo, a lo que le respondía dándole unos azotes en sus muslos.
- Me agache delante de ella, para mirarle directamente a los ojos, estaba tan nerviosa, acaricie su mejilla, Sara no perdía de vista la vela y el mechero que llevaba en la mano. Vi el miedo en sus ojos cuando encendí la vela.
- Nooo no. - Callo cuando le puse el dedo en sus labios.
- No se te ocurra girarte - mientras acariciaba el cinturón. Encedi las velas que había acoplado en las agujas que había insertado en el culito de Sara.
- Feliz Cumpleaños cariño - mientras le enseñaba la foto que le acababa de sacar.
- Que pasada, me encanta, es el regalo más especial que me han hecho - me decía rodeándole el cuello con sus brazos, sin moverse demasiado ya que tenía las agujas pinchadas. Estaba satisfecho, la verdad ver el numero 26 dibujado con velas pinchadas en sus nalgas era todo un espectáculo.
Disfrutábamos del café, después de la tarta y el brindis con champan, cuando me pidió poder abrir su regalo. Corrió como una niña, con las manos cogiéndose las nalgas, a su habitación, con la caja en sus manos, volvía preguntándome que era. Nerviosa rompió el papel que lo envolvía y la abrio. En sus ojos una mirada que solo hemos visto los spankers, una mezcla de ilusión, nervios y miedo. Saco el paddled con su nombre pintado, muñequeras cuerdas y mosquetones y algo que le llamaba la atención poderosamente.
- El especulo es para tu próxima revisión ginecológica.
Era impagable verle la cara.....
FIN