PARTE 4
Seguía sentada en el sillón, la mirada perdida, como sus pensamientos. Me acerque por detrás, se sobrecogió al notar mis manos en la nuca, Movía la cabeza levemente mientras la masajeaba.
- Estas muy tensa.
- Sigue por favor..... Que bien....
Suspiro cuando mis manos recorrieron su espalda.
Quitate la blusa. Te voy a relajar un poco.
Despacio, en silencio fue desabrochándose los botones, el sujetador corrió la misma suerte. Era la primera vez que veía sus pechos, blanquitos, con la medida justa,ni grandes ni pequeños. Con mucho cuidado, como si fuera de porcelana la cogí en mis brazos.
Me deseas?.....no como sumisa.......como mujer
Con el mismo cuidado la deposite en la mesa.
Poco a poco se fue relajando, suavemente mis manos recorrían hasta el último centímetro de su espalda. La levanté por el vientre y le desabroche los jeans, se los baje muy despacio, volvió a estremecerse cuando mis manos acariciaron sus piernas, cogí el elástico de sus braguitas y también se las baje muy despacio, disfrutando el momento......
Le Palpé las nalgas
- Hay justo, me duele cuando lo toco.
Esta muy bien, te ha salido morado solo en la primera, pero es normal, esta te dolerá un poco mas, porque ya repetimos cachete.
Más!!! - Exclamo llevándose las manos a las nalgas.
- Haber señorita, quedamos que las manos adelante, ahora yo me encargo de tu culito.
Le cogí las manos y se las pase para adelante, me agache y puse mi cara a la altura de la suya, la miraba fijamente a un palmo de distancia, tiene unos ojos tan bonitos,grandes e inquietos. Sara habla mas con los ojos que con la boca. Estaba muy nerviosa otra vez, rozando el miedo......y por supuesto a mi me tenia loco.
Le acaricie la cara y le bese en la frente, aparte un poco el pelo y le susurré en la oreja, sera un momento.
Ya tenia todo preparado para inyectar,pero seguía acariciándole el culito, podía estar así toda la vida, ella desnuda sobre la mesa del comedor, ahora la acariciaba por completo, desde la cabeza hasta la punta de los pies.
Cogí la jeringa que la había dejado cargada junto al lado de la cabeza de Sara, ella no paraba de mirar la aguja, no sabía como se iba a portar con su culito esta vez. No levanto la cabeza ni me miro, le pase el algodón, le Palpé el cachete con mis dedos, note el bultito que había dejado el nolotil.
De un movimiento rápido inserte la aguja en su trasero, justo en el mismo lugar donde lo hice la primera vez. No se porque me acorde de Enrique, con el hacia muchas partidas de dardos en los ratos muertos en enfermería, solo que no teníamos dardos y utilizábamos las jeringuillas y como diana una foto de una maciza que sacabamos del Interviú, este pinchazo hubiese valido doble jeje.
Sara no se quejo, le introduje suavemente el nolotil, tampoco le dolió mucho.
- Ya esta "princesa" - le dije dándole su correspondiente azote.
- No me has puesto la tirita - con voz seria.
- Lo siento alteza, a mi edad y con tanto para distraerse, le decía riendo y recorriendo su cuerpo con mi mano.
- Tu que lo sabes todo de mi, porque no me da nada de vergüenza estar desnuda con tigo.
- Porque eres muy suelta??? - Se lo dije tan serio que le dio la risa.
- Yo no se para que te pregunto nada si se que eres un gilipollas jaja.
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